lunes, enero 28, 2008

Déjaselo al Ego




Despertar y escuchar los ruidos de la ciudad, y las aves.. los cuervos de la palmera, los colibries del jardín, alguna gaviota extraviada.

Dormir, escuchando el sonido de la lluvia, del fuerte viento golpeando la ventana, silbando canciones de cuna.

Despertar y ver al espejo alambres negros enmarcando mejillas rojas y unos ojos desproporcionados de un oscuro color que absorbe toda la luz, labios resecos por estar tanto tiempo en desuso y una piel descarapelada producto de alguno que otro dia empolvado por Santa Ana.

Dormir, pensando en que mañana será otro dia igual.

Despertar y ver al espejo rizos negros bien formados que cubren las orejas y la frente y adornan un rostro redondo y de piel joven, unos ojos negros y grandes llenos de luz con pupilas ligeramente dilatadas que atraen a quien pase cerca y tenga la oportunidad de verlos. Labios pequeños que invitan a un beso, cuya resequedad producen un efecto que los vuelven mas deseados.

Dormir, sabiendo que al dia siguiente, muchos ojos voltearan a ver a esta persona y la admiraran y querrán acercarse. Esta persona les parecera interesante y querran escuchar su voz.

Dormir, pensando en el camino que seguirá al dia siguiente, y las personas que encontrará, y que voltearán y murmurarán, el ser juzgado por miles de circunstancias, fisico, comportamiento, aspiraciones (si es que en ese dia las hay); La extraña sensación de ser señalado, analizado, y calificado.

Días sanos, días enfermos.
Días de lluvia refrescante y nubes grises que abren pequeños agujeros y dejan pasar tenues rayos de sol. Días despejados con un sol abrazador y un viento seco y caliente lleno de tierra.

A San Francisco

Del 3 al 6 de Diciembre 2007