viernes, julio 27, 2007

Las Noches de Deón 7.10

10
La Viuda

"Esa noche nos reencontramos con Drusila ya en las catacumbas, estaba callada y muy seria. Attis trataba de acercarse, pero ella se alejaba. Yo no podía leer su mente, pues yo la había creado.. pero su rostro a simple vista me decía que las cosas con su hijo no habían salido bien.

Los movimientos telúricos seguían.. pero al parecer ya nos habíamos acostumbrado a ellos.. Pero fue como a medio día, que algo me despertó.. Pensé que era Attis o Drusila, quienes me movían violentamente tratando de despertarme, pero no era así.
Las piedras crujían, las aguas negras se agitaban. Me sentía mareado, parecía como si estuviese en un barco, el movimiento era exagerado. Salí de mi escondite, un pequeño tunel donde apenas cabía acostado y solo tenía como compañia a las ratas y ví a Attis y Drusila, con los ojos desorbitados, abrazados, esperandome.. como si yo supiera que estaba pasando y necesitaran que yo les dijera que hacer.

- Esto se va a derrumbar! - gritó Drusila, aun no me acercaba a ellos, el movimiento hacía que casi cayera, y tenía que sostenerme de las paredes de los fétidos tuneles
- No podemos salir! - dijo Attis - Aun es de día!
- Vamos a quedar aqui enterrados para siempre! - Drusila estaba exaltada - debo ir con Druso!! - y se soltó de Attis para tratar de encontrar una salida
- No! te calcinarás!!- Attis corrió detrás de ella, tratando de jalarla de su vestido. No cesaba de temblar.. todo era muy confuso. Las piedras que servían como ladrillo en las paredes empezaban a caer.

Derrepente, se escuchó un estallido, fue un ruido estruendoso que nos aturdio debido a nuestro sentido del oido sobredesarrollado, caimos al suelo, Drusila seguía tratando de llegar a la salida, arrastrandose entre las aguas sucias, Attis detrás de ella.

Tardó un poco, pero Drusila encontró la alcantarilla que nos llevaba a la calle. Attis áun seguía gritando y tratando de detenerla. Ella entre jalones, insultos, arañazos, se libraba por instantes de los fuertes brazos de su nuevo amante. Y Abrió la alcantarilla.. ¿era de noche? todo estaba oscuro, no parecía ser medio día..
La ciudad era un caos, algunas casas estaban demolidas, la gente corría desesperada y se tropezaban unos con otros, había muchos heridos; nadie se dio cuenta de que salimos del drenaje, a nadie le importaba lo que hicieran los demás, todos huían para salvar sus vidas. Y el mareo seguía, el movimiento no paraba..
- Mira! - señaló Attis al gran Monte Vesuvius

Era impresionante, jamás había visto algo asi en toda mi existencia, era algo sin nombre, un cerro convertido en una chimenea gigante.. no había palabra en griego o latín para describir ese fenomeno, era la ira de los dioses en su máximo esplendor. El cielo era negro o gris completamente, cubierto por el humo que salía de la punta coronada de fuego del gran monte. La gente seguía huyendo y cayendo y tropezaban con nosotros y nos empujaban.

Nos separaron, no supe donde quedaron Attis y Drusila por un momento; despues Attis me encontró
- Debemos huir! - me gritó
- Si! pero a donde!? si nos alejamos demasiado, las nubes de humo no nos protegeran del sol!
- ¿Dónde está Drusila? - Attis volteaba a todos lados, tratando de reconocerla entre la multitud - Alla está! - y corrimos hacia ella, obviamente no podíamos volar en frente de toda la gente. Drusila se dirigía a su casa.. corriendo desesperada, como loca, en harapos, sucia y despeinada

La casa estaba destruida, completamente en el suelo; había gente saqueando las casas ricas, un hombre salió de entre los escombros
- Evander! - lo detuvo Drusila - Druso! ¿donde esta Druso?!
El hombre estaba confundido, golpeado y sangrando, llevaba en sus brazos algunas vasijas de oro, estaba aferrado a ellas..
- Evander!! - le gritó Drusila, agitandolo de los hombros - ¿Donde está Druso?!
- Mi señora! - reaccionó el esclavo - el joven Druso.... - miraba a todos lados, en su cara estaba impreso el terror, el mismo rostro de la mayoría de la gente en ese momento - no se señora.. no se!.. ha sido horrible!

Drusila lo soltó
- Druso! Druso!! - empezó a remover piedras como una desquisiada, no le importaba que la gente se diera cuenta de su fuerza sobrenatural - Druso!! - las lagrimas de sangre caían a borbotones, parecía una fuente

Otro estallido.. tan fuerte como el anterior. el cielo se puso aun mas negro y entonces.... ¿lluvia? Empezó a llover fuego.. cenizas.. por todos lados, los gritos de la gente se intensificaron, la tierra temblaba. Attis y yo tratabamos de ayudar a Drusila; pasaban personas corriendo cuyas ropas empezaban a incendiarse.. el monte seguía estallando y mire como el fuego líquido empezó a derramarse de la punta.

Fuego.. llovía fuego!
- Debemos refugiarnos o moriremos! - les dije
- No! debo encontrar a Druso!!
- Vamos Drusila.. seguramente Druso logró escapar! - le dijo Attis mientras la sujetaba y trataba de sacarla de los escombros de lo que alguna vez fue su mansion; había cuerpos entre las rocas, pero ninguno era el de Druso. La lluvia de ceniza era mas espesa y hacía casi imposible ver; la gente caía desmayada en el suelo, intoxicada por las sustancias de la ceniza.

Entre Attis y yo logramos sacar a Drusila de ahí..
- Druso!! Druso!! - los gritos se escuchaban por todo Pompeya.. - Druso!! mi hijo!! Druso!! - y el grito se perdió en las catacumbas de la ciudad.."

Photo Sharing and Video Hosting at Photobucket


Capitulo VIII, parte 1

jueves, julio 26, 2007

Las Noches de Deón 7.9

9
La Viuda

"Nos perdimos de Druso entre la multitud que nuevamente se reunió en el foro; Attis sugirió de nuevo refugiarnos en las catacumbas, aunque yo no lo creí prudente, pues por los terremotos podríamos quedar ahí atrapados, sin embargo nos quedaba muy poco tiempo y estaba a punto de amanecer y no tuvimos otra opcion mas que pasar el día en el subtearraneo.

Los temblores siguieron durante todo ese día, yo a veces despertaba debido al movimiento. Esa noche, Drusila nos pidio que la dejaramos sola; Attis y yo cazamos a las afueras de la ciudad, había mucho movimiento en los caminos, mucha gente tratando de encontrar un mejor lugar donde vivir.. la genta hablaba del extraño humo que salía de la punta del gran monte, incluso a mi me causo curiosidad.

- Supongo que le va a explicar todo a su hijo..- dijo Attis, mientras levitabamos hacia el Monte Vesubio - ellos tienen muy buena comunicacion
- Mataron al esposo de Drusila - le dije - eso no es solo buena comunicacion.. es complicidad... es... una relación enferma
- ¿Quien eres tu para juzgarlos? No eres mas que un simple campesino convertido en vampiro!

Su prepotencia de nuevo...
- ¿y Eris? - quise enterrar la daga, el rostro de Attis cambió, su mirada era fulminante, su boca parecía como si fuera a llorar, los labios apretados, conteniendose...
- Hace años que no la recordaba.. - me dijo con voz muy baja, como si estuviese hablando para sí - creo... creo que Drusila llenó ese hueco...
- Lo lleno... ¿como? - seguiamos ascendiendo, queriamos acercarnos al origen del espeso humo, Attis pensaba que era un simple incendio en alguna parte de la montaña... - ¿Supliendola? o... ¿como un parche... que tapa el agujero de un harapo.. pero se gasta y puede ser nuevamente reemplazado?
- No entiendo...
- Si... - continué - ¿A caso Eris ya no existe para tí... y Drusila es la nueva mujer de tu vida?.. o .. ¿Solo estas al lado de Drusila por que Eris no está y en cuanto Eris vuelva, tu interes por Drusila desaparecerá?
- Me confundes! - dijo desesperado y acelero su ascenso... Confundirlo.. era justo lo que yo quería en ese momento.. la forma en que me estaba tratando ultimamente, su arrogancia, su prepotencia, me remontaba al pasado y me hacia verlo no como el Attis que conocí una noche en la taberna sufriendo por la muerte de su hijo recien nacido.. si no, Attis, el hombre que me había quitado a mi mujer. Volvía el rencor que había sentido hacia lo que el representaba.. mi rival...

Me quedé sentado en una roca, viendo las pequeñas luces de las antorchas y lamparas de las poblaciones al rededor del Vesubio.. por alla, Herculano.. mas alla Pompeya.. a lo lejos apenas se distinguían las lucesitas de Miseno, un pueblo del otro lado de la bahía... Attis regresó, no subió hasta donde estaba el humo...
- Vamonos campesino... tengo sed - mientras bajaba sin esperarme.. Ahora me llamaba campesino."

Capitulo VII, parte 10

miércoles, julio 25, 2007

Las Noches de Deón 7.8

8
La Viuda

"- Madre! como te sientes? - se acercó apurado Druso, un poco preocupado - estas muy pálida... la esclava me dijo que anoche te habías sentido mal, que por eso habías desaparecido de la fiesta..
- No te preocupes hijo mio.. - respondió serena Drusila - estoy bien....... ¿está temblando? - dijo ella volteando para todos lados
- Es un terremoto! - exclamó Attis - prontó! salgamos de la casa!

Los esclavos salían corriendo, Druso y Drusila iban despues de ellos, yo seguía Attis.. Los movimientos del suelo eran cada vez mas intensos, y se podía escuchar el crujir de los edificios y construcciones.. todos corrimos hacia el foro, el lugar mas grande y despejado de la ciudad. Veíamos como algunas estatuas caían de los techos de los templos. La gente se reunía por montones, a pesar de que llegaban corriendo, muchos cargando con sus pertenencias, pues el temblor realmente había sido fuerte, estaban algo tranquilos.
- Desde el terremoto de hace 17 años... los temblores han sido tan frecuentes aquí que ya estamos acostumbrados.. - me comentó un señor de edad avanzada

No dejaba de temblar.. la multitud se amotinaba en el centro del foro, otros salieron de la ciudad, otros se agruparon en otras partes del pueblo.

Mientras estabamos todos apretados entre toda la gente reunida en el foro, Drusila intentó hablar con Druso.. pero las palabras no salieron..
- Attis.. no puedo... - le dijo Drusila.. conteniendo las lágrimas, pues éstas la delatarían. Attis la miró y despues vio a Druso
- Druso.. - inició Attis - ya eres un hombre.. y.. creo que ya puedes ver las cosas con mucha mas claridad..
- Attis.. no.. - interrumpió Drusila
- hay algo que tienes que saber... - continuó Attis
- ¿Qué pasa?.. - Druso estaba alarmado, yo estaba parado junto a él y podía sentir su nerviosismo

Los temblores cesaron y la gente empezó a regresar a sus hogares;
- ¿Que pasa?! - nos cuestionaba Druso mientras que seguidos por los esclavos regresabamos a su casa. Ya estando ahí, mientras los esclavos limpiaban, recogían lo que se había caido y roto, otros ínvestigaban los daños en la construcción, para saber que tan seguro era que nosostros estuviesemos ahí, nos sentamos en el salón, Drusila triste, con la mirada en el suelo, Attis a su lado, Druso en otro diván; yo estuve de pie observando todo

- Tu madre está muy enferma.. - empezó a hablar Attis, sosteniendo la mano de Drusila - tiene una rara enfermedad.. y decidimos viajar para encontrar una cura
- Yo no decidí nada! - dijo Drusila - nunca me lo consultaste!
- pero... como.. ¿como que una enfermedad?...- Druso empezaba a asustarse - Madre! ¿los dioses te han castigado?.. ¿quiere decir que yo padeceré esa enfermedad tambien?.. es eso! los dioses nunca estuvieron de acuerdo con lo que hicimos!! - empezó a ponerse histérico - Estamos condenados! condenados!! - empezó a dar vueltas en el salón como un loco, Drusila se tapaba la cara para que su hijo no fuese a descubrir que sus lágrimas eran de sangre; Attis se paró y fue a tratar de calmar a Druso, lo tomó de los hombros y lo giró para que quedasen frente a frente... Druso no podía controlarse.. - No debimos hacerlo!..
- Tranquilizate.. - le decía Attis.. - no es para tanto, tu madre estará bien...
- No debimos matar a mi padre! - gritó Druso

De nuevo empezó a temblar.. esta vez mas fuerte que la vez anterior.."

Capitulo VII, parte 9

martes, julio 24, 2007

Las Noches de Deón 7.7

7
La Viuda

"- Una mujer decente no puede andar asi como asi, en compañia de dos hombres en la calle de noche.. - expresó Drusila
- Vamos a la recamara de Druso.. él esta muy entretenido en su fiesta, usaremos su ropa para vestirte! - Attis estaba tan entusiasmado, creo que no se había dado cuenta de la gravedad de la transformación de Drusila.. Ella tenía un lugar importante en la sociedad de Pompeya, tenía un hijo y otros parientes. Attis mostraba ese lado egoista del que antes me habían hablado.

Esa noche, viajamos a otra ciudad cercana, enseñamos a Drusila a cazar en los caminos solitarios donde se escondían ladrones esperando el paso de algun viajero. Asi fue como encontramos a nuestras víctimas, simulando que eramos viajeros.

Ibamos caminando cuando 4 sujetos nos rodearon.. Attis miró a Drusila y le sonrió. Entonces él se lanzó hacia uno de los sujetos y empezó a beber su sangre. Enseguida Drusila se acercó a uno de los hombres, y sujetando a su victima de un hombro, se quitó la peluca y el listón que sujetaba su cabello con la otra mano que le habían servido junto con su atuendo, como disfraz..

- Eres una mujer! - exclamó su victima, entonces ella le sonrió y mirandolo a los ojos fue acercandose y lo besó. Se trataba de un hombre debilucho, peludo y andrajozo, a quien un beso de una mujer tan bella era mas que un premio.

Estaban Drusila y el hombre besandose efusivamente, y derrepente, él intentó pegar un grito, pero no pudo, solo un sonido burdo salió de su garganta; Drusila había encajado sus colmillos en la lengua del pobre ladrón, pasó sus brazos alrededor de él y lo apretó con fuerza para que no escapara; entonces dejó de morderlo, el hombre la miraba asustado y ella volvió a besarlo, bebiendo de esa forma toda la sangre que salía de su boca. El asaltante dejó de luchar, fue incandose poco a poco, cada vez más débil, ella fue agachandose junto con él sin dejar de beber de su boca, hasta que por fin quedaron acostados en la tierra, ella encima del cuerpo del delgado hombre; entonces le arrancó los harapos dejando su velludo pecho desnudo y con sus manos que parecían garras le abrió el torso y le sacó el corazón. Attis y yo ya habíamos terminado con los otros tres hombres y veíamos sorprendidos el sadismo de Drusila. La vimos morder y chupar y succionar toda la sangre que había quedado en el pequeño corazón de su victima y al terminar lo lanzó con una despreocupación que si no supieramos que Drusila era neofita, podríamos pensar que ya tenía bastante tiempo de experiencia.

Se levantó, cubierta totalmente de sangre y tierra, con los ojos muy abiertos y nos preguntó:
- ¿Y ahora que sigue?.. Quiero más!

Enterramos los cuerpos y despues seguimos cazando un poco más. Drusila estaba sorprendida como es que podía visualizar los recuerdos y pensamientos de sus víctimas, confesó que algunos no eran realmente personas malas, y que si robaban era por que en realidad estaban necesitados; se sintió mal, y yo le hice ver que con el tiempo, aprendería a discriminar entre buenos y malos.
- ¿Pero quienes somos nosotros para juzgar, Athán? - me preguntó
- Ah.. nosotros somos dioses - dijo Attis, siendo arrogante

Nos escondimos en las catacumbas y ahí dormimos durante el día. A la noche siguiente, entramos por el tejado a la casa de Drusila, a escondidas; ella se dirigió a su recamara para lavarse y cambiarse, mientras nosotros vigilabamos.
- Son unos demonios! - dijo la antigua dama de compañia de Drusila, con lágrimas en los ojos - y a ella la hicieron igual! - se tiró al suelo frente a nosotros, llorando, sintiendose impotente. Me incliné, y le levanté el rostro de la barbilla
- Perdonanos
Se levantó y se alejó asustada, si, eramos demonios para ella.

Drusila salió de su habitación acomodandose la stola negra y derrepente se le borró la sonrisa del rostro.
- ¿Qué le diré a mi hijo?"

Photo Sharing and Video Hosting at Photobucket


Capitulo VII, parte 8

lunes, julio 23, 2007

Las Noches de Deón 7.6

6
La Viuda

"- No!.. no voy a hacerlo
- Pero Athán!! tienes que hacerlo! - me gritó Attis desesperado
- Solo lo he hecho una vez... solo lo hice cuando te convertí a ti!
- ¿Qué?
- No estoy seguro de saber como hacerlo!
- Esta muriendo!! Hazlo!!

Me senté en la cama junto a ella, la voltié hacia mi; Attis tenía razón, ya casi moría. Me mordí la muñeca y mi sangre empezó a manar, como una cascada roja y brillante, acerque mi brazo a la boca de Drusila y le dije que bebiera.. ella con las pocas fuerzas que tenía decía que no y trataba de voltearse a otro lado, entonces tuve que sujetarla con fuerza y hacer que bebiera de mí. Yo tambien estaba perdiendo mucha sangre.

Se aferró a mi brazo, parecía como un naufrago tratando de no soltarse de una barcaza. Enterró sus dientes, que aun no se transformaban en colmillos, propiamente como los nuestros.
- Es beber, no comer, querida Drusila - le dije con calma
Y bebió, bebió de mi sangre y despues lamió mi herida.. como para no dejar nada.

Nuestras mentes se comunicaron.. solo por ese momento, pues ya despues no podriamos.. el creador nunca puede escuchar la mente de su creatura ni viceversa.. pero en ese momento, en que las sangres se estan mezclando, es casi imposible no mezclar tambien las emociones, los recuerdos, los pensamientos...

'Veneno... ¿dónde está el veneno Druso?...
rápido hijo, viertelo en la copa!'
Su mente empezó a cerrarse, ya no pude ver sus recuerdos, ni sentir lo que ella sentía.. estaba hecho..

Attis miraba asombrado, al parecer nunca antes había visto este procedimiento.. cuando uno lo vive.. no se da cuenta en realidad... uno realmente nace cuando el cuerpo ha desechado todo lo mortal.. cuando el cuerpo esta listo, el organismo se adapta a la sola necesidad de la sangre y ya no de los alimentos; los ojos se adecuan para ver mucho mejor en la oscuridad; el cuerpo se vuelve mas ligero y agil y mucho mas fuerte. Es todo un proceso evolutivo, todo un cambio tan radical que se da solo en minutos, y por lo mismo causa un dolor muy grande, un trauma tan fuerte que la memoria lo borra. Y cuando despertamos, ya como inmortales, las sensaciones son nuevas, como si nunca antes hubiesemos vivido; los sentidos se incrementan y las sensasiones se exageran y vemos todo mas intenso, el tacto es mas sensible, el gusto.. el sabor de la sangre cambia, y puedes distinguir entre victima y victima diferentes sabores, el sabor depende de como halla sido su vida... el olfato se agudiza... y uno puede escuchar a kilometros de distancia.. e incluso discriminar y escuchar una sola cosa.. Es fascinante esta evolución. Nos volvemos dioses nocturnos.

Drusila abrió los ojos y con elegancia se enderezó en su cama.
- Los colores.. - dijo... - son tan hermosos.. todo parece brillar y estar vivo - miraba todo a su alrededor.. - tengo sed..
Attis corrió para tomarla en sus brazos, la llevó junto al baul y buscaron ropa
- Es hora de llevarla a cazar - me dijo Attis."

Capitulo VII, parte 7

viernes, julio 20, 2007

Las Noches de Deón 7.5

5
La Viuda

"Attis empezó a preferir pasar las noches en casa de Drusila que en los burdeles de las otras ciudades.. pasabamos todas las noches hablando sobre la vida cotidiana en esos tiempos, filosofia, circunstancias de otros paises; Drusila era una mujer muy educada, había leido y viajado mucho, lo cual lo volvia una persona muy interesante; sus ideas eran muy liberales, definitivamente, ella no pertenecía a esos tiempos. El deslumbramiento que tuvo al principio conmigo, despues fue desplazado hacia Attis; y por lo mismo yo empece a ausentarme varias veces, mientras Attis la visitaba.

¿Sería que por fin el veneno de Eris estaba desapareciendo?

A veces mientras Attis y Drusila platicaban, yo me dedicaba a jugar y hablar con Druso; era un joven muy listo y al igual que su madre, muy interesante, su mentalidad era la de un adulto. La esclava/nana no dejaba de vigilarnos; sobre todo a mi cuando estaba con Druso.

Una noche me dijo:
- Se lo que son!
- ¿De que hablas, vieja? - le dije como si no supiera de que hablaba, en un tono de broma
- Son demonios! ustedes son demonios! - me dijo, apuntandome con el dedo
- Vieja, dejate de tonterias.. - le dije y sonrei

La mujer no volvio a decirme nada durante las siguientes noches, pero no dejaba de vigilarme, ni a Attis.

Attis y yo vivimos varias aventuras en esos tiempos... viajabamos a las ciudades cercanas, incluso conocimos Roma en su epoca dorada, pero nunca nos alejabamos bastante de Drusila.. siempre, por deseos de Attis, regresabamos a ella.

Regresamos para el cumpleaños número 18 de Druso; su madre le había organizado una gran fiesta llena de jovenes, bailarinas, musica, todo un banquete. Drusila no había envejecido nada en esos 5 años, incluso aparentaba menos edad de la que tenía, parecía una muchacha tan joven como su hijo. En cambio Druso si había cambiado mucho, se había convertido en todo un hombre.

Estabamos rodeados de mortales, a Attis parecía no importarle, ni incomodarle; sin embargo, yo me sentía un poco ansioso, temía que nos descubrieran o al menos, que se dieran cuenta que no eramos personas 'normales'...

Mas tarde, Attis desapareció de la fiesta, lo busque, pero había tanta gente que era un poco dificil... le pregunté a Druso si lo había visto.. me dijo que no.. seguí buscandolo; no se por que su desaparición me daba mala espina. Quise preguntarle a Drusila.. pero a ella tampoco la encontré.. entonces mi ansiedad aumentó..

Recorrí la casa para dar por fin con la habitación principal. Ahí estaban, desnudos, Attis y Drusila, ella acostada sobre su pecho, el la sostenía en sus brazos..

- ¿Que hiciste?! - le pregunté y con lágrimas de sangre en los ojos, Attis me contestó
- No pude evitarlo.. la amo... y quiero estar siempre con ella!
- .. pero...
- Pense que sabía como convertirla.. tienes que ayudarme.. esta muriendo! - Attis se puso de pie y me jalo para que me acercara a Drusila, quien estaba sangrando de la muñeca. Había perdido demasiada sangre, Attis me veía con los ojos desorbitados.. - Hazlo Athán! Hazlo!"

Capitulo VII, parte 6

Las Noches de Deón 7.4

4
La Viuda

"Pasamos las noches siguientes visitando los burdeles de las ciudades vecinas, pero de vez en cuando volviamos a Pompeya. Attis en ese tiempo parecía ser feliz, aunque había momentos en que la nostalgía lo invadia y no podia dejar de sentirse vacio. Extrañaba a Eris y trataba de explicarme que era como no tener la mitad de su cuerpo.. como no tener sus piernas.. trataba de justificar a Eris del por que lo abandonaba, del por que lo trataba mal... él la seguía amando y estaba ciego.. y.. aun no sabía mi pasado con Eris.. el pensaba que yo le había otorgado la inmortalidad por gratitud, por amistad.. no sabía que yo conocía a Eris antes que él y decidí no decirselo. En ese momento, Attis estaba saliendo del hoyo en el que ella lo había refundido y no pense que decirle la verdad fuera prudente.

En algunos momentos me sentía mal.. Attis no era tan malo como lo describían sus contemporarenos, despues de todo. Recuerdo que lo describían como egoista, insensible y prepotente.. conmigo nunca fue asi. ¿Sería posible que yo empezara a tener remordimientos? ¿mil años despues de haber cometido esa falta?..

Nos detuvimos esa noche en el foro.. los dos andabamos muy pensativos y necesitabamos reflecionar; observabamos pasar a la gente; las vestales acudían al templo; otras personas se agrupaban alrededor de los pequeños altares que había en una alta pared. Me quedé mirando esos altares, zumido en mis pensamientos cuando alguien se acerco.
- Hola! - era Druso, el muchacho alegre; no parecía que su padre hubiese muerto unas semanas atras
- Hola Druso, mira, te presento a mi amigo Attis - Druso inclinó la cabeza
- Mucho gusto señor - dijo el joven, Attis le sonrió, entonces una mujer se acercó, Attis la miró sorprendido
- Ah, Athán, ¿mi hijo te esta molestando? - dijo Drusila
- Para nada Drusila, es un placer volver a verlos - me puse de pie, habíamos estado sentados en una fuente. Attis se paró sin dejar de admirar a Drusila, casi con la quijada caida - Este es mi amigo Attis - dije.. - Attis.. ella es.. - hice una pausa - mi amiga.. Drusila - ella sonrió y extendió la mano para saludar a Attis; él estaba ido, tuve que darle un ligero codazo para que reaccionara
- claro! claro! muy viejos amigos somos Athán y yo amigos.. buenos.. - balbuceo mientras le dio la mano a la joven viuda, ella notó su nerviosismo y rió alegre
- Esta noche no pueden rechazarme una invitación para cenar en mi casa.. - dijo Drusila
- Pero señora! - se acercó la sirvienta
- No acepto un "no" como respuesta - continuo ella; Miré a Attis..
- Siento decirle señora, que ya cenamos..
- Es una lastima - dijo ella; la sirvienta se veía aliviada de no tener que tolerarnos
- Pero.. - dijo Attis - podríamos pasar una buena velada, platicando.. ¿no lo cree?
Attis me sorprendió, lo mire con los ojos muy abiertos, Druso se alegró y a Drusila le pareció una brillante idea; la sirvienta no dijo mas, no era necesario, su mirada lo decía todo."

Capitulo VII, parte 5

Las Noches de Deón 7.3

3
La Viuda

"Attis, un hombre de rizos castaños como la miel y unos ojos del mismo color; mi contemporaneo; no lo había visto desde hace casi mil años, que se había ido siguiendo a Eris.. Eris la perra, no solo me había arruinado la existencia a mi, si no que al pobre de Attis lo había vuelto loco de amor, lo había tenido como embrujado y era a ella a la única persona en el mundo a quien Attis quería. Extrañamente, a mi tambien había logrado estimarme, y mas cuando le di el don oscuro, le di la eternidad para que estuviera por siempre junto a su amada Eris. Nunca supo que el hacerlo inmortal había sido producto de mi odio hacia esa mujerzuela, que en realidad, él era solo un instrumento de mi venganza; no sabía si Eris se lo había dicho. No sabía que hacía él ahí junto a mi en ese momento, tampoco sabía si Eris seguía con él..

- Estoy muy cansado Athán - estabamos sentados en los tejados de un edificio alto, la vista de la ciudad desde ahí era hermosa.
- ¿Cansado de que, Attis?
- De seguir a Eris por todo el mundo.. de nuevo la volví a perder.. no se donde está
- Trata de leer sus pensamientos, Attis...- no podía creer lo que estaba diciendo, estaba alimentando sus esperanzas para que mi venganza continuase - a nuestra edad nuestras habilidades se han incrementado considerablemente. Mira, ahora podemos desafiar a los dioses y volar como ellos.. podemos manipular el fuego a nuestro antojo.. yo aun sigo sorprendido!
- Muy cansado - dijo Attis, si, su rostro mostraba fatiga, a pesar de que no había envejecido ni una arruga, su cutis era liso y blanco, sus pestañas tupidas enmarcaban perfectamente sus grandes ojos color miel; ojos que no expresaban otra cosa mas que tristeza.

Esa noche platicamos, principalmente de lo que yo había hecho despues de que él se fue detrás de Eris. Hablamos hasta el amanecer y traté de no mencionar o preguntar por la perra.

La noche siguiente nos ocultamos en un callejon cerca del burdel. Salió un hombre encorbado y barrigon, e inmediatamente se acercaron otros dos hombres, parecían sus guaruras. Attis se encargó del viejo, yo de los dos jovenes, los arrastramos al callejon y mientras yo sostenía a uno de la toga con un brazo, al otro lo retenía con el antebrazo sobre su pecho, teniendolo acorralado contra la pared.
- Dejame ir!! - gritaba el hombre a quien yo tenía en el aire, al otro lo miraba a los ojos mientras lo retenía contra la pared.
- Ah.. un jardín.. - suspiró el hombre que no despegaba la vista de mis ojos; entonces, le clavó los colmillos y empece a succionar mientras el otro me miraba horrorizado. Termine y deje al hombre caer al suelo, mientras que al que tenía sujetado con la otra mano lo bajé y me acerque a su cuello.
- No me mates! - rogó en latín, pero lo ignoré y empecé a beber su sangre, esta vez clavé mis colmillos en su pecho que desnude, directo en el corazón.

Sentía que esta vez lo estaba disfrutando mas, como si fuese la primera vez que bebía sangre. Gracias a Claudio había aprendido que había otras experiencias que podían provocarme placer, hacerme feliz, como hacer el amor, el caminar descalzo en la arena, el gozar del calor del fuego de una chimenea, el abrazo de un amigo, el viento... principalmente yo disfrutaba del viento que acariciaba mi rosto cuando volaba.. Ah! y volar! que experiencia tan mágica. Pero definitivamente no había mayor placer que el provocado por la sangre... la sangre sucia y corrupta de un ser malvado, mentiroso, insensible.. despiadado. Como siempre, vi los recuerdos de mi victima y supe que no me equivoque al haberlo elegido.

Attis soltó un suspiro tras haber terminado con el anciano, un suspiro lleno de extasis como despues de haber vivido un orgasmo.
- Debo confesar algo.. - dijo Attis, mientras nos arreglabamos para deshacernos de los cuerpos en el mar - Tenía mucho tiempo sin beber sangre.. sin saborearla de esta manera...
- ¿Que dices?!
- Fue muy poco el tiempo que convivimos cuando me convertiste en inmortal Deón... siempre he sentido aberración por esto.. beber sangre.. para mi.. es lo mas sucio que existe, es malo, grotesco.. pero lo he hecho.. para sobrevivir... para poder estar cerca de Eris....
- Entiendo.. me paso lo mismo en un principio...
- si.. pero tu despues te adaptaste.. encuentras placer en esto.. yo.. no siempre.. la mayoria de las veces.. siento culpa...
- no deberias.. es nuestra naturaleza, somos predadores..
- lo se... pero no puedo evitarlo...
Me quede pensativo un momento...
- ¿Te hable de Claudio, cierto?
- Si.. un poco..
- Vamos.. regresemos al Lupanar.. despues de mil años ya no te es tan necesario alimentarte de sangre.. te enseñare que hay otras formas de sentirte feliz.. no tienes por que pasar la eternidad frustrado y lleno de remordimientos - le dije, tome de la mano a Attis, a quien tomaba en ese tiempo ya no como mi antiguo rival, si no como un nuevo amigo.. y flotamos hasta el callejon donde habíamos capturado a nuestras víctimas. Entramos al burdel..

- Acasia.. este es Attis.. - le dije a la prostituta
- Es muy guapo - dijo ella mientras se acercaba a él, pasaba sus manos sobre la tela de su toga.. Attis se veía nervioso, como si quisiese salir corriendo, volteo a mirarme y me dijo...
- Pero.. no podemos.. ¿como esperas?.. ¿que quieres que haga? - me dijo asustado con los ojos muy abiertos
- Hazle el amor.. ¿que mas? - le respondí tranquilo
- Es muy inocente tu amigo, no? - dijo Acasia riendose, Attis se molestó, la tomó entre sus brazos y la besó violentamente - que brusco! - expresó la golfa - asi me gustan!

Me senté en una esquina.. mientras ellos se arrancaban las ropas, sus movimientos agresivos continuaban, ella le seguía el juego a Attis, yo noté que él trataba de medir sus fuerzas para no lastimarla. Ella era preciosa, sus senos grandes y redondos, maquillados de color rosa y perfumada.. su abdomen era muy delgado para lo acostumbrado en la epoca, y tenía unas caderas anchas y unos gluteos deliciosos. Era muy flexible, y se enredaba en el musculoso cuerpo de Attis como si fuese una serpiente. No dejaban de besarse, y entonces ella lo aventó a la paja (no había cama'). Él le sonrió y ella se sentó sobre él, le acaricio el pecho, pasó sus manos por el cuello.. vi una expresión de sorpresa en Attis..
- Si funciona! - volteó Acasia para decirme entre risas; entonces ella empezó a acariciar el duro y grueso pene de su cliente, lo colocó entre sus grandes senos mientras le besaba el ombligo, lo lamia y chupaba, y el pene rosaba el pecho de la mujer. Attis entornaba los ojos... pellizcaba las nalgas de Acasia; ella se acomodó y dejó que él la penetrara... se besaban.. el se dio la vuelta y quedó sobre ella.. la tomó de las manos y estiro sus brazos hacia arriba.. mas besos, mamaba sus pechos; se veían comicos los labios de Attis pintados de rosa debido al maquillaje en polvo que la mujerzuela usaba. Más rapido.. y ella gemía... mas rapido y ella pedía mas y mas... Attis volteó a verme ... estaba sorprendido, extasiado...
- Soy un toro! - grito
- Si! si! un semental!! - grito ella

Attis besaba y lamía el cuello de la mujer, aun la sujetaba de las muñecas y seguía dentro de ella, con movimientos mas rapudos y violentos cada vez, parecía como si la fuese a desgarrar. Las piernas de Acasia derrepente saltaban, como si fuese una reaccion inconciente, como si fueran de trapo y se movieran al ritmo de las arremetidas de Attis.. Entonces ella pegó un grito, supuse que ya se había venido.. y ella dejó de moverse... Attis se detuvo.. se paró.. el cuello de Acasia estaba manchado de sangre al igual que los labios de Attis. Me miró
- Lo siento Deón.. no pude evitarlo - se disculpó como un niño travieso."

Capitulo VII, parte 4

Las Noches de Deón 7.2

2
La Viuda

"La noche siguiente yo esperaba a la mujer, parado casi del otro lado del foro, viendo hacia el altar. La vi acercarse y como si saliese debajo de su stola, corrió un muchacho, adelantandose al altar y depositó unas uvas junto a la figurilla que representaba a su padre. Me acerqué; el joven tenía un gran parecido con su madre.
- ¿Es tu hijo? - fui yo quien la sorprendió a ella esta vez
- Si - me contestó sonriendo - ya tiene 13 años
- Fuiste madre muy niña, aun eres muy joven - comenté
- Que galante.. pero ya soy muy vieja, ya tengo 26 años..
- ¿Cómo se llama tu hijo?
- Se llama...
- Druso! - respondió el joven interrumpiendo a su madre, era notoria la entrada a la pubertad del muchacho, su voz empezaba a cambiar
- Ah, Druso! como tu madre! - dije
- Si - contestó Drusila, el joven fue hacia donde estaba la esclava/dama de compañia - Su padre lo llamó como él, pero en la intimidad yo siempre lo llamé Druso.. ahora que su padre ha muerto el quiere llevar el nombre que yo le puse
Solo sonreí, no era yo quien para meterme en su vida, aunque la mujer lo estaba pidiendo a gritos. Estuvimos en un silencio un poco incomodo por algunos minutos, despues ella tomó la palabra de nuevo

- No eres de por aquí, ¿verdad Athán?
- No, soy griego
- ¿de Esparta?
- No, de Micenos
- Nunca he escuchado sobre ese lugar..
- Ya no existe - pensé en voz alta
- ¿Cómo? - preguntó Drusila extrañada
- Nada, solo estoy diciendo tonterías..
- ¿Te gustaría cenar con nosotros? - me preguntó ella
- No es prudente - dijo la esclava acercandose, era una mujer mayor, que se encargaba de los buenos modales en el hogar de Drusila, una especie de nana
- ¿Te gustaría? - volvió a preguntar Drusila, ignorando a la mujer
Suspiré
- Lo siento, no puedo..
- Esta bien.. otra noche será entonces - dijo un poco desilusionada, llamó a Druso y se retiraron

Era una mujer tan bella Drusila, caminaba con elegancia y dignidad, era coqueta, pero no descarada, a pesar de estar de luto, lucía joyas, y un maquillaje no muy complicado. La miré alejarse, su hijo la tomó del brazo y la esclava caminaba detrás de ellos, de vez en cuando volteaba y me miraba con cierta desconfianza.

Me dirigí de nuevo al lupanar. Esa noche estuve con la hermosa Acasia, tenía el cabello teñido de rojo, era fogosa, no me dejó descansar en toda la noche; tenía buen sentido del humor y a menudo me preguntaba por que tenía los colmillos afilados, yo le decía que era herencia familiar. Prácticamos todas las posiciones que se nos ocurrieron y le prometí que volvería pronto.

Salí de ahí un par de horas antes del amanecer, quería dar un paseo antes de ocultarme en el subterraneo. De repente, sentí que alguien me seguía; caminé mas despacio, pero no lograba leer la mente de mi vigilante. Me metí a un callejón y me oculte en la oscuridad; era un hombre el que me seguía, no logró verme y lo tomé del cuello y lo empujé hacia una pared y ahi lo sostuve.
- Athán! que violento te han vuelto los siglos!! - dijo mi seguidor; lo miré y me sorprendí
- ¿Attis?!"

Capitulo VII, parte 3

Las Noches de Deón 7.1

1
La Viuda

"Se dirigían a las afueras de la ciudad, las mujeres con túnicas oscuras, los hombres con togas pulla... Al frente, cuatro hombres sostenian una camilla de cada esquina donde transportaban el cuerpo del difunto. Detrás de ellos una mujer envuelta en su stola negra y con la misma envolvía al parecer a un muchacho adolescente, quiza su hijo. Los seguía mucha gente, nobles, al parecer de la pequeña ciudad situada en una bahía italiana, libertos y al final esclavos, tocando la lira y cantando canciones funebres.

No los seguí. Decidí pasear por la pequeña ciudad; la oscuridad de la noche ayudaba a que mi condición como inmortal no fuera notoria. Entre al lupanar* y seguí prácticando mis nuevos conocimientos sobre el placer encontrado en el sexo. Esa noche estuve con tres jovencitas, de apenas 16 años aproximadamente. No sentí la necesidad de sangre por lo que por primera vez en mi existencia inmortal mis victimas no fueron para saciar mi apetito, al menos no del tipo al que estaba yo acostumbrado.

Durante el día me refugié en las catacumbas de la ciudad y en la noche siguiente de nuevo salí a pasear. Extrañaba a Claudio y Roxana. Me paré frente a un altar dedicado a los Lares, era algo nuevo para mí, después de mi extraña aventura en Egipto me desconecté del mundo por varios siglos en la pequeña isla que ahora llaman Malta; no sabía nada de la cultura romana. En el altar había varias figuras talladas en madera de ancestros de los pobladores de la ciudad, había velas y comida que empezaba a descomponerse. Entonces, una mujer se acercó, me tomó por sorpresa. Supe que era la misma mujer que encabezaba el funeral la noche anterior. Traía el cuerpo y la cabeza cubiertas con su manta negra y puso un estatuilla en el altar.

- Era mi esposo - me dijo con voz serena, aunque no parecía triste
- ¿Lo extrañas? - le pregunté
- No - contestó tajante y volteó a verme, se descubrió la cabeza; era una mujer muy joven, de piel blanca, cabello castaño y ondulado y ojos negros muy intensos; esbozó una sonrisa amarga - quizá .. estoy mal.. pero.. su muerte es lo mejor que me pudo haber pasado - dijo con un aire cansado
- ¿No lo amabas?
- Mi padre me ofreció en matrimonio cuando tenía 12 años.. fue un casamiento arreglado.. por dinero..- hizo una pausa y dirigió su mirada al suelo - mi padre tenía dos opciones: o me casaba con un hombre rico o me vendía como esclava..
- tu esposo.. ¿era malo contigo?
- Me daba todo lo que quería, nunca me puso una mano encima, pero disfrutaba el insultarme y humillarme en público; quizá desquitaba conmigo el coraje que sentía por los demás.. el siempre trato bien a los demas, de hecho, todo mundo lo quería.. - la mujer necesitaba desahogarse. Se escuchó un carraspeo, la esclava que acompañaba a la mujer le hizo ver que no era propio el estar hablando con un extraño a esas horas de la noche, y mucho menos justo despues de haber enviudado, la mujer asintió a su esclava, que era mas bien como una dama de compañia y enseguida se despidió de mí - disculpe.. y gracias por escuchar a esta pobre viuda
- Mi nombre es Athán Deo..
- Yo soy Drusila - sonrió y enseguida se fue y detrás de ella su esclava"

*lupanar = burdel

Capitulo VII, parte 2

domingo, julio 15, 2007

Siempre Coca Cola!

Age of Concent by New Order

Wont you please let me go
These words lie inside they hurt me so
And Im not the kind that likes to tell you
Just what I want to do
Im not the kind that needs to tell you
Just what you want me to

I saw you this morning
I thought that you might like to know
I received your message
And in a few days ago
I understood every word that it said
And now that Ive actually heard it
Youre going to regret

And Im not the kind that likes to tell you
Just what you want me to
Youre not the kind that needs to tell me
About the birds and the bees

Do you find this happens all the time
Crucial point one day becomes a crime
And Im not the kind that likes to tell you
Just what I want to do
Im not the kind that needs to tell you

I've lost you
I've lost you
I've lost you
I've lost you
I've lost you


viernes, julio 13, 2007

Las Noches de Deón 6.6

6
Lecciones


Estaban todos en circulo, arrodillados en la arena, llorando, cuando Claudio, Ambusta y Deón llegaron. En el centro, se encontraban varios trozos de algo calcinados. Los ojos de Claudio se llenaron de lágrimas de sangre (pues sangre es lo que lloran los vampiros) y se tiró tambien de rodillas como los demas.
- Roxanaaaaa! - gritó sintiendose impotente

Los trozos eran partes del cuerpo mutilado de la joven vampiro.
- Fue Barbato - dijo uno de los jovenes - estoy seguro de eso!

Deón recordó que la sangre de vampiro podía curar no solo heridas, sino mutilaciones, y con una piedra filosa cortó sus venas y roció su sangre sobre los restos quemados, pero todo fue inutil.

No se supo de Barbato, ni siquiera había forma de comprobar que había sido él. El clan que antes había estado lleno de alegría poco a poco se fue disolviendo. Los jovenes empezaron a tomar su camino y muy pocos seguían al lado de Claudio.
- Todo esto fue tu culpa! - le dijo el joven de cabellos chinos castaños a Deón - Barbato se lleno de celos cuando tu llegaste!
- Pero el ya antes se había portado mal - dijo Deón con voz pasiva
- Pero nunca había hecho algo semejante! Eres tu quien vino a echarlo todo a perder! - a lo lejos, Claudio solo lo observaba, parecía como si estuviera de acuerdo con el joven.

Esa noche Deón se fue, viajo al norte.

Photo Sharing and Video Hosting at Photobucket


El viento estaba tan frio que Mauricio sentía que le ardía el rostro; no podía dejar de mirar al inmortal que lo vistaba esa noche en la azotea del edificio donde vivía Adara.
- ¿Entonces?... - dijo Claudio - ¿Que decides?
- Acepto - dijo Mauricio. Claudio sonrió

Capitulo VII, parte 1

Las Noches de Deón 6.5

5
Lecciones


No eran mas que niños, cuyas emociones y reacciones iban de un extremo a otro.
Claudio lanzó el pene de Barbato al fondo del mar o eso fue lo que dijo a todos, y Barbato se volvió callado y sumiso en un principio; noches despues, su odio hacia Claudio, su creador, era tanto que prefirió desaparecer.

- Me equivoque - le dijo Claudio a Deón una noche - me dejé llevar por la energía que proyectaba Barbato.. su espiritu de aventura... y si.. siempre vi su rebeldía, su maldad... - hizo una pausa - es malo, Deón.. siempre recibí quejas de él.. incluso de sus hermanos vampiros...

Claudio estaba muy arrepentido.. de haberle hecho lo que le hizo a Barbato.. no solo el castrarlo.. sino haberlo convertido en inmortal. Pasó las siguientes noches solitario, a veces buscaba la compañia de Deón, pero en general, vagaba por la isla como alma en pena.

Deón se quedó con ellos, conoció a cada uno de los "hijos de Claudio" y práctico mucho sus habilidades recien descubiertas: el don del fuego y la capacidad de conseguir placer no solo por medio de la sangre.

Roxana fue la principal compañera de Deón en esa epoca. Hicieron el amor en cada esquina de la pequeña isla y parecía que nunca se cansarían.

Una noche, ya que los jovenes habían regresado de alimentarse en la cercana Sicilia, juntaron leña para la fogata, Claudio apareció sobre una roca y la fogata se encendió. Todos voltearon a mirarlo y Claudio les respondió con una sonrisa. Los tambores empezaron a tocar y todos bailaron. Claudio de un salto, bajo de la alta roca y tomó a Deón de la mano y a Roxana con la otra y danzaron, brincaron y dieron piruetas alrededor de la fogata. Todo parecía haber vuelto a la normalidad.

Mientras la fiesta continuaba, Claudio llevó a Deón a la roca mas alta de Hagar Qim.
- dejame adivinar.. - dijo Claudio, sus ojos azules brillaban como estrellas - Nunca haz volado..
- ¿volar?
- cierra tus ojos.. e imagina que te elevas.. - Deón obedeció - ésta es otra forma de encontrar placer.. sientes el viento que acaricia tu rostro... la ligereza de tu cuerpo al flotar... - Deón dejó de sentir el suelo, seguía agarrado de una mano de Claudio y cuando abrió los ojos, sintió vértigo al ver que la fogata se encontraba lejos, debajo de ellos.. El viento era mas fresco, su melena bailaba al igual que su sucia toga - ahora, impulsemonos.. vayamos hacia aquella isla - volaron hacia el noroeste alrededor de un par de islas; Claudio soltó a Deón y éste poco a poco pudo estabilizarse y volar solo. Casi antes de amanecer regresaron al campamento.

La fogata seguía encendida, pero ahí no había nadie; Claudio y Deón buscaron a los demas jovenes, caminaron hacia una playa y fue Ambusta quien los encontró
- ¿Dónde estan todos? - preguntó Deón; Ambusta miraba a Claudio, tenía cara de susto
- E...es... Roxana - dijo nerviosa dirigiendose a Claudio.

4| | |Capitulo VI, parte 6| | |3

Las Noches de Deón 6.4

4
Lecciones


- Roxana! Ambusta! Averiguen quien permitió que esto sucediera! - ordenó Claudio. El soldado estaba aterrado recargado en una de las paredes, con los brazos extendidos como si tratase de escapar empujando la enorme piedra; las mujeres salieron.
- ¿Por que paso eso? - preguntó Deón - ¿es .. normal?.. ¿es esto lo que ustedes hacen?
- No - contestó Claudio mientras veía al horrorizado soldado - nunca hacemos esto.. predicamos el placer, siempre buscar toda clase de placer, sin hacer daño a los demas..
- Pero aun asi matan! Necesitan matar! - exclamó Deón - es incongruente.. - entonces notó como las miradas de Claudio y el soldado se encontraban y como la expresión del soldado cambió, como si de nuevo estuviese hipnotizado y ahora estuviese viviendo el momento mas feliz de su vida, parecía no estar ahí presente, su mente estaba en otro lado. Claudio se acercó, lo tomó por los hombros y le dio un abrazo, el soldado seguía ausente, Claudio lo besó y enseguida clavó sus colmillos. Cuando terminó de beber su sangre, lo soltó y el soldado cayó muerto.
- Ves.. no sufrió, al contrario, murió sintiendo mucho placer, siendo feliz - dijo Claudio mirando a Deón
- ... pero.. ¿cómo?
- Ah, Deón! eres mucho mas antiguo que yo y sin embargo te falta mucho por aprender..

Salieron juntos de la habitación, Claudio miró a dos jovenes y éstos inmediatamente entraron a recoger el cadaver y se lo llevaron, Claudio les había dado ordenes por telepatía. Roxana se acercó a Claudio
- fue Barbato.. - le dijo
- Ya tiene tiempo rebelandose, y los demas se dejan manipular..
- ¿Qué vas a hacer? - preguntó Deón

Claudio no contestó... avanzó seguido por Deón y se acercó hacia un grupo de vampiros que reian y platicaban, Barbato era el centro de atención ahí. Claudio lo miró muy serio.
- ¿Qué pasa Claudio? - preguntó Barbato riendo
- Ya no eres bienvenido entre nosotros - le contestó
- ¿He hecho algo mal? - preguntó Barbato sorprendido - solo he hecho lo que tu nos has enseñado.. ir en busca del placer..
- Sádico! - le gritó Claudio; Barbato trató de acercarse a Claudio, era un poco mas alto que él, mas fuerte fisicamente, su cabello negro grasoso caía en enrredados bucles casi hasta los hombros y se unían con su incipiente barba. Claudio dio un paso atras.
- No huyas de mi Claudio - suplicó Barbato; Claudio se dio la vuelta y caminó rodeando la fogata, volteó y ordenó:
- Todos dirijanse a la gran bahía, es ahí donde nos refugiaremos! - despues miró a Barbato; Claudio había tomado una decision.. empezó a caminar hacia él sin despegar la mirada de sus ojos..

- No!! - empezó a gritar Barbato, haciendose hacia atras, tratando de huir.. pero se topó con el muro y no pudo avanzar mas - deja de jugar con mi mente!! - Claudio seguía caminando hacia él sin dejar de verlo - dejame!! nooo!! - gritaba Barbato como loco, meneando los brazos como si un enjambre de abejas lo atacara - no voy a caer! no voy a ceder!!! esos jardines no son reales!!! no estoy junto a un rio!! no puedo ver la luz del sol!! es mentira! dejame! - se repegaba al muro. Claudio estando cerca, solo estiro un poco el brazo hacia el suelo, sin dejar de caminar, para tomar la espada gladius de uno de los soldados muertos - Nooo! nooo! - seguían los gritos
- ¿Qué vas a hacer? - preguntó Deón, como saliendo de un ensueño y avanzó detras de Claudio

Barbato no pudo más, cayó en la fantasía creada por la mente de Claudio, dejó de moverse y su mirada cambió, una sonrisa se dibujo en su rostro y parecía haberse llenado de paz. Claudio le arrancó los harapos dejandolo desnudo, el miembro de Barbato se encontraba erecto, Claudio lo tomó con una mano y...

- Claudio!! - gritó Deón al mismo tiempo que con la espada Claudio castraba al rebelde.

4| | |Capitulo VI, parte 5| | |3

Las Noches de Deón 6.3

3
Lecciones


Entraron en una especie de habitación, que ya había sido acondicionada por los jovenes seguidores de Claudio. Había antorchas en las paredes y en el centro varias pieles de animales cocidas como si fuesen un colchón relleno de paja; junto a una pared, sobre una madera, como si fuese una mesa sin patas, estaban varias copas de plata y una jarra con una bebida extraña muy oscura.
- Acuestate - ordenó Claudio al musculoso hombre, éste lo obedeció - Ven Deón, y lo jalo del brazo, ambos cayeron de rodillas uno a cada lado del hombre - ¿A caso no es muy bello nuestro soldadito? - dijo Claudio sonriendo y acariciando el fornido pecho del hombre, que se encontraba en extasis debido a la sangre del joven vampiro
- ¿Que estas haciendo? - preguntó consternado Deón
- Vamos a hacerle el amor al soldado! - dijo Claudio
- pero... pero... no podemos!
- claro que podemos!..- Claudio hizo una pausa, su rostro cambio de jubilo a la sorpresa - ¿a caso nunca has hecho el amor siendo inmortal?
- No.. no se puede - dijo Deón

Claudio soltó una carcajada - por supuesto que se puede!! - exclamó - Al principio, cuando nos hemos convertido en inmortales, nos enfocamos en la sangre, es lo único que nos causa placer, es la única hambre que sentimos, lo único que deseamos; perdemos el apetito sexual, hay fascinación por la sensualidad, nos gusta acariciar a nuestras victimas, sentirlas nuestras, pero jamas pasa por nuestra mente que podemos amarlas, al menos no de una forma carnal - Deón lo veía con atención - Somos adictos - continuó Claudio - como un adicto al opio no encuentra placer en otras cosas, como el caminar bajo la luz de las estrellas, sentir el agua fresca del mar en un dia caluroso, solo el opio o cualquier otra droga puede causar esa sensacion, o al menos eso creen.. Nosotros somos adictos a la sangre - sonrió de nuevo y se inclinó para besar un pezón del hombre, miró a Deón - vamos! intentalo!
- si! intentalo - balbuceo el hombre que tambien sonreía como si se encontrase drogado, sus mirada se perdía en el infinito.

Deón se inclinó y beso los gruesos y delineados labios del soldado, éste levantó el brazo y lo paso por la espalda de Deón, Claudio empezó a acariciar las velludas piernas del hombre, subió por la entrepierna y encontró los testículos; mientras Deón seguía besando al hombre y el roce de su pesada mano por la espalda le causaba un escalofrío. Se enderezó de repente.
- No puedo - dijo muy serio mirando a Claudio, que acariciaba el erecto pene del soldado.
- Ah! sé lo que necesitas! - y miró hacia la entrada, como si estuviese llamando a alguien con la mente; enseguida aparecieron las dos jovenes que anteriormente habían ayudado a lavar el cuerpo del hombre - Roxana, Ambusta.. quitense las ropas! - ordenó, éstas lo obedecieron, y enseguida, se acercaron; Roxana, de piel blanca, labios rosas, ojos color miel.. con una mirada muy dulce, mejillas sonrrojadas, pues recientemente se había alimentado y la sangre fluía dentro de ella; cabello castaño color oro que caía en delicados caireles hasta su cintura se sentó a espaldad de Deón y empezó a desvestirlo; Ambusta, la vampira nueva, que aun no había perdido del todo el moreno color de su piel que había tenido en vida, se acercó al soldado y empezó a lamerle el pecho.

Entre besos y caricias, el soldado se puso de pie, Claudio le acariciaba la ancha espalda, Ambusta le besaba el cuello. Roxana se esforzaba por excitar a Deón y el se dejaba querer, acariciaba las curvas de sus caderas, besaba los redondos senos de Roxana mientras ella apretaba el rostro de Deón contra su pecho y pasaba su mano por su nuca acariciando la melena de color negro. Deón lamía por entre medio del pecho de la mujer vampiro, su olor a flores le encantaba y en eso..
- ou! - exclamó Deón sorprendido; Claudio se encontraba penetrando al soldado mientras éste penetraba a Ambusta, un trio de placer que se mecía, entre gemidos y risas.
- Tu primera erección como inmortal! - exclamó Claudio, mientras seguía en el baile con el fornido soldado y Ambusta
- ¿Que esperas amor? - preguntó Roxana con una voz ronca y sensual
- felicidades! - gritó el soldado, cuyo gozo se incrementaba por haber probado la sangre de un vampiro; abrazo a la morena apretandola contra su cuerpo - vamos mujer! gime!

Deón le acarició el rostro a Roxana, ésta le sonrió, y entonces ella paso sus brazos alrededor del cuello de Deón, rodeo la cintura del hombre vampiro con sus piernas ( se colgó de él) y Deón la hizo suya; entró suavemente, con sus brazos fuertes la sostenía de las nalgas y la mecía para que entrara y saliera.. se besaban intensamente, sus lenguas bailaban y luchaban; el seguía dentro y besaba el cuello suave de Roxana, le mordía los hombros mientras ella clavaba sus uñas en la ancha espalda del vampiro.
- ¿eyacularé? - preguntó Deón mientras la besaba
- quizas... - contestó ella, entre beso y beso
Deón se fue inclinando hacia atras, Roxana hizo lo mismo quedando los dos como si formasen una "Y".. ella con sus piernas alrededor de Deón, el de pie. Los jalones y jadeos eran mas fuertes, ella estiraba su cabeza hacia atras debido al placer y se aferraba a los bien formados pectorales de Deón, él la sostenía aun de las nalgas, y metía un dedo a su ano, la velocidad de sus movimientos aumentaba. Estaban llegando al extasis, cuando de repente, de re ojo, Deón vio a Ambusta y el soldado tirados en las pieles y sintió las suaves manos de Claudio subir por su espalda y luego pasar por debajo de su axila para acariciarle un pezón y juguetear con los vellitos de su pecho. Roxana se puso de pie, pero seguía en la misma posición, como si tratase de que el miembro de Deón entrara aun mas en su cuerpo. Con la otra mano, Claudio exploró los gluteos de Deón mientras le besaba la espalda alta, y entonces arremetió en Deón, quien pegó un grito de placer y al mismo tiempo sintió como si se viniese dentro de Roxana, ella gimió y parecía como si se hubiese quedado tieza, estirandose lo mas que podía, con la boca abierta.. los ojos cerrados... si no fuera por que Deón la sostenía con fuerza, ella habría caido hacia atras; volvió a enderzarse y pasar los brazos alrededor del cuello de Deón, se estiró un poco y beso su cuello, luego beso a Claudio en los labios, que parecía estar oculto detras de los anchos hombros de Deón, mientras empezaban a mecerse de nuevo.

Duraron casi toda la noche, entregados a eso que era algo nuevo para Deón; intercambiaron de parejas, y de vez en cuando, Claudio o alguna de las jovenes le daba de beber al soldado de la jarra que había en uno de los extremos, era sangre vampirica, que lo hacia alucinar y despertaba su lujuria. Roxana y Ambusta se acariciaban mientras los tres hombres se masturbaban. Deón le hacia el amor al soldado, Claudio a Roxana, Ambusta le mordisqueaba el trasero a Deón y manoseaba su duro miembro.

Faltaba quiza una hora para amanecer. Los 5 estaban tirados en las pieles, abrazados, acariciandose; el soldado parecía ya formar parte del pequeño clan.
- Debemos encontrar un lugar donde pasar el día - dijo Roxana en un murmullo, su voz ronca era muy sensual, jugueteaba con su cabello mientras Deón le lamía un seno
- Conosco el lugar perfecto - dijo Claudio con una media sonrisa, mientras Ambusta acariciaba su lampiño pecho
- Entonces.. - dijo el soldado - mañana en la noche, ¿seguiremos con esto?
En el exterior, hacia rato que los tambores habían dejado de tocar; dentro de la pequeña habitación no habían logrado escuchar la masacre que se llevó a cabo en el exterior.

Nadie le contestó al soldado, Claudio simplemente se puso de pie, el soldado despues de él y Deón los siguió. Roxana y Ambusta solo se recargaron en sus codos para observar. Salieron de la habitación y la cara le cambió al soldado, era ahora un gesto de terror el que exponía. A pesar de la densa oscuridad, gracias a la fogata aun podía verse que había regados por todo el templo, soldados mutilados, destazados, con rostros de angustia y desesperación. Algunos jovenes vampiros aun estaba aferrados a sus victimas, que pataleaban e intentando articular palabras pedían misericordia. Claudio observaba todo sin expresión alguna. Deón no podía dejar de sorprenderse.
- Mañana en la noche..- dijo Claudio al soldado asustado - nosotros si seguiremos con esto... tú... no- y con un empujón regreso al soldado al interior.

4| | |Capitulo VI, parte 4| | |3

Las Noches de Deón 6.2

2
Lecciones


Claudio se acercó a la victima, se paró frente a él y ordenó a los dos jovenes que lo sujetaban de las muñecas:
- Arrodillenlo!
y eso hicieron, Claudio lo tomó por la barbilla y le levantó la cabeza..
- Tienes unos ojos muy bellos - le dijo Claudio al cautivo, éste lo escupio
- maldito batalos*! - exclamó el soldado arrodillado, Claudio le dio una cachetada tan fuerte que le hizo una herida en la mejilla y empezó a sangrar. Varios de los jovenes se acercaron viendo como manaba la sangre, se abrio su apetito y estaban a punto de lanzarse contra el pobre hombre arrodillado
- detenganse! - exclamó Claudio - recuerden como lo hacemos! - entonces, se pincho la lengua con los colmillos y lamió la herida en el rostro del hombre para que ésta desapareciera, despues lo beso, su mejilla, sus labios, el hombre veía a Claudio como embelezado; Deón estaba de pie, viendo todo lo que sucedía.

Claudio se arrodillo frente al hombre, lo miraba con ternura, el sujeto no podía dejar de ver a Claudio, parecía hipnotizado, tenía la boca un poco abierta, los ojos muy abiertos y las pupilas dilatadas. Una joven puso una especie de cubeta de madera junto a Claudio, llena de agua y le dió un trapo, Claudio lo tomó, lo empapo con agua y empezó a limpiar el rostro del hombre.
- ¿Es refrescante, no es asi? - le dijo Claudio
- ssi.. - contestó el hombre balbuceando. Con la ayuda de la joven que llevo la cubeta y otra de cuerpo ligeramente bronceado (neófita, al parecer), empezaron a desvestirlo, y pasar trapos de agua fresca por su cuerpo. Lo ayudaron a ponerse de pie y los tres siguieron lavandolo, podía verse que el hombre sentía un gran placer debido a sus gestos, cerraba los ojos, echaba la cabeza hacia atras mientras una de las muchachas le lamia el cuello, la otra le besaba la espalda y Claudio se arrepegaba a su pecho y pasaba el trapo casi seco por su abdomen.

Deón empezó a caminar alrededor de los 4, lento, observando y tratando de comprender que es lo que estaba sucediendo. Entonces, Claudio se mordió el dedo indice y lo puso en los labios del hombre, acaricio el labio inferior dejando rastro de su sangre en él, despues el hombre lamió el dedo, sus ojos se abrieron aun más y jaló el brazo de Claudio para poder introducir mas el dedo a su boca y poder chuparlo.
- ¿Qué estas haciendo? - preguntó Deón sorprendido
- Ambrosía! - exclamó Claudio - el néctar de los dioses! - dijo con una sonrisa viendo a Deón.. - suficiente - dijo con ternura Claudio al hombre y sacó el dedo de su boca, las mujeres vampiro se apartaron y Claudio tomó al hombre de la mano y se dirigieron a otra parte de las ruinas del templo, que estaba solo; antes de entrar, volteó hacia donde estaban los jovenes
- Que siga la fiesta! - haciendo un ademán, y luego miró a Deón, quien seguía confundido - ven Deón... quiero enseñarte algo..- Deón siguió a Claudio y el hombre "hipnotizado".

* batalos = afeminado

4| | |Capitulo VI, parte 3| | |3

Las Noches de Deón 6.1

1
Lecciones


Photo Sharing and Video Hosting at Photobucket

- ¿De que huyes? - preguntó Claudio; se sentó junto a Deón, doblando las rodillas y recargandose en una de las enormes rocas del antiguo templo.
- .. de mi pasado... - Deón observaba como los otros bailaban y juntaban leña para tratar de hacer una fogata
- Ah! - exclamó Claudio - es bueno dejar el pasado atras... - Deón seguía ensimismado, observando a las muchachas y muchachos vestidos en harapos, convertidos en inmortales a muy temprana edad. Claudio se dio cuenta de que Deón los observaba..
- ¿te gustan mis "hijos"? - preguntó Claudio e inmediatamente soltó una carcajada
- ¿tus hijos? - preguntó sorprendido Deón, mirando a Claudio
- si, todos ellos - dijo Claudio orgulloso

- Claudio! - se acercó un muchacho de cabellos oscuros - ya esta la leña, es hora de que prendas el fuego!
- Esta vez lo hará nuestro amigo Deón - dijo, dando una palmada en la ancha espalda del vampiro de quien hablaba.
- ¿Yo?.. ¿Que tiene de especial prender el fuego? solo tallas dos leños hasta que la fricción haga que la llama encienda..
Claudio y el otro joven se miraron y soltaron una sonora carcajada
- ¿Qué?! - exclamó Deón mirando a los dos jovenes
- No vas a prender el fuego con las manos, tonto - dijo Claudio - cuando puedes hacerlo con la mente! - se dio cuenta de que Deón no sabia de lo que estaba hablando -... eres un vampiro de edad muy avanzada... ¿como mil años de edad? ¿cierto?.. a estas alturas tu ya haz desarrollado el poder para encender el fuego..

Deón recordó como Urian encendía las antorchas con solo pensarlo; entonces, Claudio lo tomó de la mano
- Concentrate en un leño e imagina que estas tallandolo con tu mano, o quiza con otro leño.. fija toda tu atención en ello - le dio las instrucciones Claudio

Deón se concentró y la fogata se encendió. Se escucharon gritos de alegria, empezaron a tocar unos tambores y los y las jovenes danzaron alrededor de la fogata.

- Lo lograste! - exclamó Claudio dandole un abrazo a Deón, quien incredulo no reaccionó y se quedó parado viendo el fuego.

- Claudio! - dijo otro joven de cabello rizado y castaño - Barbato ha llegado!
Claudio se veía muy feliz, tomó a Deón de la mano y le pidio que lo siguiera. Pasaron por uno de los arcos o puertas del templo y ahí estaba, un joven fornido de cabello negro grasoso, barba crecida.. pero como le crece a los adolescentes, tenia una sonrisa grabada en su rostro y unos ojos cafes muy brillantes.
- Ah! Claudio! - dijo el recien llegado, mientras caminaba hacia ellos - he traido lo mejor que he encontrado! - se hizo a un lado y señalo a sus espaldas; dos jovenes vampiros detenían a un hombre corpulento, semidesnudo, al parecer, un soldado, golpeado y medio inconciente - ¿te gusta? - preguntó ese joven que llamaban Barbato.
- Me gusta - contestó Claudio con una sonrisa, se acercó y dio un beso a Barbato en los labios - supongo que trajeron más, para los demas..
- claro! - contestó Barbato - ya vienen en camino!
- muy bien - puntualizó Claudio; Barbato se fue para esperar a sus compañeros que traían a mas victimas

Claudio volteó y miró a Deón; aun seguían tocando los tambores y varios de los jovenes seguían danzando al rededor de la fogata, otros iban preparandose para lavar a las victimas que iban llegando encadenadas, sujetadas por los mismos muchachos. Deón miraba sorprendido, la pandilla de inmortales no eran mas que niños entre 14 y 17 años, obviamente, Claudio era el lider; entonces sintió la mirada de Claudio y volteó a verlo
- entonces... - dijo Claudio - ¿lo violas tu o lo violo yo? - con una sonrisa.

4| | |Capitulo VI, parte 2| | |3

miércoles, julio 04, 2007

Las Noches de Deón 5.5

5
Huimos

- no te alarmes.. - dijo el extraño - sé que has estado buscando a uno que es como yo...
- ¿e..eres.. vampiro? - preguntó asustado Mauricio
- si que lo soy - contestó, estaba parado justo enfrente de él; el extraño era rubio, su cabello era casi blanco, muy delgado, media aproximadamente 1.70, sus ojos de un azul claro brillantes como el agua del Caribe - mi nombre es Claudio y yo podría darte lo que más deseas - esbozó una sonrisa. Mauricio lo veía estupefacto


Despues del reencuentro con Adara, Deón decidió dormir por un tiempo, supo que ella aun no estaba lista para hablar con él.. esas noches y días solo le trajeron recuerdos, asociados con la parte de su historia que le había contado a Mauricio..

Photo Sharing and Video Hosting at Photobucket


Paso mucho tiempo durmiendo en esa isla, despues de su experiencia en Egipto; Romulo y Remo nacieron en la cercana Italia y la ciudad de Roma fue fundada; pronto se inició la exploración e invasion romana del mundo conocido y la pequeña isla donde Deón descansaba fue poblada de nuevo.

Una noche, Deón despertó y justo saliendo de su refugio debajo de las ruinas de Hagar Qim, fue sorprendido por una multitud, un muchacho se acercó.
- vaya, eres una obra de arte!..- el muchacho sonrió y le tendió la mano a Deón - mi nombre es Claudio, ¿Que haces aqui?

Deón lo miró, vio alrededor, aproximadamente 20 muchachos y muchachas, de nuevo vio a Claudio
- estoy huyendo..


4| | |Capitulo VI, parte 1| | |3

lunes, julio 02, 2007

Las Noches de Deón 5.4

4
Huimos

"Shemei.... Eris... si se parecían mucho..
Y por los siglos de los siglos.. Eris huyó de su marido Attis.. pero no lograba perderlo.. según sé.. hubo epocas en que ella intentó convivir con él, trataba y trataba de soportarlo.. pero derrepente volvía a huir..

Pero mientras estuve en la pequeña isla no supe de ellos.. aun no era el momento de reencontrarnos..

Adara.. saliste huyendo tan asustada, como si yo fuese a hacerte daño.. mi Adara.. si realmente supieras cuanto te quiero.. que bella te haz puesto... mucho mas bella que Julia..."


Esa noche Adara no pudo dormir, esperaba la visita de Deón, pero él nunca llego... paso una semana y ella seguía igual, con sentimientos encontrados, quería verlo y al mismo tiempo no. Deón seguía igual que cuando era niña, su piel blanca y firme, sus ojos deslumbrantes color verde, su sonrisa cautivadora, su cuerpo alto y majestuoso, de espalda ancha y brazos fuertes que eran ceñidos por la camisa negra..

Mauricio pasaba las noches con ella, y ella no podía evitar pensar en Deón cuando ellos hacian el amor.

También Mauricio tenia sentimientos encontrados con respecto a Deón, por un lado, no quería que volviese, pues temía que alejara a Adara de él; pero su curiosidad por los "eternos" era mucha, en el fondo, él realmente deseaba ser un bebedor de sangre... se había vuelto una obsesion, no podía dejar de pensar en ello, e incluso había momentos en el día en que se olvidaba de Adara.. y su necesidad de protegerla.. hasta que volvia a verla.

Las noches en que Adara se quedaba mas tranquila y podía dormir, Mauricio solía subir a la azotea con la esperanza de que Deón estuviese ahí y le contara mas de su historia, y quiza, tuviera un poco de piedad, y lo convirtiera en vampiro..

Habían pasado ya casi dos semanas y no había noticias de Deón. Mauricio decidió recorrer las calles en la madrugada; se veía pálido y ojeroso; frecuentaba a Adara pero ya no era por protegerla, sino para saber si Deón había vuelto. Adara empezó a notar el cambio de Mauricio, aunque trataba de no darle importancia; y con los dias que pasaron se hizo mas a la idea de que Deón respetaría su decision de no verlo como siempre lo había hecho, empezó a sentirse mas tranquila.

Pasaron más dias y Adara volvió a su rutina, Mauricio dejó de frecuentarla, quiza solo iba un día a la semana; se volvió mas serio y "en-si-mismado". y una de las noches en que durmieron juntos, en la madrugada, Mauricio salió del departamento de Adara y subió a la azotea de nuevo; esta vez, sentía que algo lo llamaba.

Quizás era el viento, pero parecía un murmullo. Mauricio subió y volteó a todas partes. Había un aroma en el ambiente.. como incienzo.. La noche estaba despejada, las luces de la ciudad lo invadian todo y no permitían que se vieran todas las estrellas.. Algo o alguien llamo a Mauricio para que se acercara a la orilla.. y entonces, detrás de él..
- vaya, eres una obra de arte!

Mauricio volteó, pero solo miro una silueta que desapareció.. no fue en sí que desapareció, pero su movimiento fue tan rapido que de repente, ese ser estaba parado junto a él..


3| | |Capitulo V, parte 5| | |4

Las Noches de Deón 5.3

3
Huimos

- Estas loco! - Adara se puso de pie y fue hacia su tocador para cepillarse el cabello
- ¿por que?.. imagina.. poder vivir eternamente! conocer el mundo, ver como se hace la historia!
- Eres un estupido soñador! todo eso es fantasía! ¿Tu crees que Deón es féliz?.. teniendo que ocultarse en el día, teniendo que alejarse de la gente a la que ama por miedo a que alguien le haga daño... ¿si leiste las cartas no? - Adara estaba exaltada - Mi madre murió por culpa de Deón!! - los tirones que daba a su cabello con el cepillo eran cada vez mas fuertes y rapidos, hasta que dejó caer el cepillo al suelo; Mauricio se dio cuenta de lo insensible que había sido su comentario, no había tomado en cuenta la muerte de Julia y el sufrimiento que esto le causaba a Adara.

Se puso de pie y trato de tomarla en sus brazos, pero Adara estaba muy molesta y empezó a forcejear
- Sueltame! no quiero verte! no quiero estar con un desquisiado como tu!
- Perdoname - suplicaba Mauricio mientras trataba de detener sus manotasos y la tomaba de los brazos para apretarla a su pecho - no fue mi intencion, soy un estupido, perdoname!
- sueltame!

Siguieron forcejeando, hasta que Mauricio pudo detenerla, abrazandola completamente y atrapandola entre sus fuertes brazos y la beso.. la beso en los labios, y al principio ella se resistió e incluso lo mordió, pero esto solo hizo que Mauricio la deseara más y la apretaba contra él y la besaba y poco a poco fue relajando el abrazo y ahora acariciaba la delgada figura de Adara; ella pasaba sus manos por su pecho y desabotonaba la camisa.. no podía dejar de besarse, como si estuviesen hambrientos y necesitaran alimentarse el uno del otro.

Le quitó la camisa, él a ella la blusa. Se detuvieron, se separaron.. se miraron a los ojos, Adara ardía de pasion y tambien Mauricio; sin dejar de mirarse se quitaron los pantalones y entonces ella por un impulso se lanzó a sus brazos, el cayó de espaldas a la cama, y ella se arrodillo poniendo cada pierna a los lados de las de él. Su miembro estaba erecto, grande y duro, con una mano ella empezo a acariciar los testiculos suavemente, él solo la veía. Pasó suavemente las yemas de los dedos por entremedio de los genitales y subió lentamente acariciando el pene. Mauricio entornaba los ojos debido al placer.. ella paso sus suaves manos por el delicioso abdomen del hombre y subio hasta el pecho.. se acomodó sobre él y dejó que la penetrara.. ella lo montó como si fuera él un toro, se acariciaban, ella se recostaba sobre su ancho pecho y lo besaba, besaba sus pezones, sus hombros.. su cuello.. su barbilla.. la barba le picaba y eso la enloquecía.. sus labios.. Mauricio besaba muy bien..

Se quedaron acostados, Adara sobre el pecho de Mauricio, él acariciaba su cabello..
- Tengo miedo de que esta noche él venga - murmuró Adara
- Yo estaré aqui.. yo te cuidaré - le contestó Mauricio - ademas, él no te haría daño, él te quiere..
- Por su culpa murió mi madre.. no quiero verlo! - pero era en realidad la culpa que sentía ella, al amar y desear al hombre que de niña vio como a un padre, lo que la atormentaba y la hacia querer salir huyendo..

Empezaba a oscurecer, Mauricio se quedó dormido, abrazando a Adara; ella no podía dormir, no podía dejar de mirar hacia la ventana..


Photo Sharing and Video Hosting at Photobucket


3| | |Capitulo V, parte 4| | |4

domingo, julio 01, 2007

Las Noches de Deón 5.2

2
Huimos

"Salí huyendo de Egipto, fue una experiencia traumatica; luché contra un demonio de verdad; tuve sentimientos encontrados por la joven desquisiada que me tenía prisionero.. extrañé a Eris... mi Eris...

Viajé al oeste y harto del desierto decidí ir al norte, en busca del mar... inclusive a la sombra de las noches el calor era insoportable.. me alimenté de los animales del desierto y de algunos beduinos.. no me importo si eran inocentes o no, lo que quería era tener fuerzas para salir de Africa.. ¿y si los vampiros no habían logrado acabar con Seth?.. ¿y si él venía siguiendome?.. el pánico me invadia.. siempre me visualice como un hombre valiente.. incluso ante circunstancias de mucha tension he podido reaccionar favorablemente... insisto, no se si los vampiros tenemos adrenalina, pero es la unica forma en que me puedo explicar el como logre vencer a ese demonio.. miedo.. miedo es lo que sentía.. el miedo me hizo fuerte.. era como si me enfrentace al sol, y yo luchara aun que me estuviese quemando y cayendo en pedazos de ceniza...

No se cuantas noches pasaron hasta que llegué a la costa.. no se como crucé el mar, creo que hice una balsa, o nade.. no lo recuerdo, han sido un par de milenios desde que paso eso....

Me refugié en una pequeña isla en medio del Mar Mediterraneo, la transformé en mi hogar y me alimenté de los habitantes.. en esos años o siglos no tenía conciencia.. acabe con la tribu y despues.. solo me dedique a dormir.. por siglos.."

-º-º-º-º-º-º-º-º-º-º-º-º-º-º-º-º-º-º-º-º-º-º-º-º-º-º-º-º-º-º-º-º-º-º-º-º-º-º-º-º-

Adara estaba sentada en el sillón con una toalla enredada en el cabello y tapada con una cobija ligera; Dolores le dio un té y se sentó junto a ella..
- ¿Cómo que estas enamorada? ¿Por eso llegaste tan asustada?.. el amor no es nada de que asustarse, deberias dejarte querer, no tiene nada de malo - Dolores podía hablar y hablar sin necesidad de que le contestasen sus preguntas, asi era ella, sola se contestaba, Adara le daba un sorbo a su té y la observaba - Mauricio es un buen hombre.. y no estoy diciendo que te cases con él, apenas eres una escuincla, o sea, eso de casarse a los 16 años es MUY del siglo pasado.. y ademas estas estudiando y quieres tener una carrera, aun tienes muchas cosas por hacer... pero sé que Mauricio te tiene paciencia, si.. vaya que la tiene, con ese caracter endemoniado que tienes debe ser un hombre MUY paciente y debe quererte mucho, entonces, si el hombre te quiere, ¿por que te asusta estar enamorada? ¿porque?

Adara estaba mas tranquila, a pesar de lo desesperante que podía ser a veces Dolores, su compañia siempre le daba seguridad, como si estuviese con su madre.. o.. mas bien, debido a la diferencia de edades, como si estuviese con su hermana, la que nunca tuvo.. si.. eso era.. Dolores era como su hermana mayor y como tal la respetaba y la escuchaba. No respondió.. Dolores se quedó callada por un momento solo viendola.. y entonces continuó..

- No!... ¿no me digas que te propuso matrimonio?.. pero es muy pronto! apenas si se conocen!.. ademas, cuando se entere que le mentiste con lo de tu edad se va a molestar mucho!.. Eres menor de edad!! Aunque.... yo podría firmar como tu tutora.. tu tutora! ¿no haz pensado en dejar de hacer esa firma falsa de esa persona falsa que supuestamente es tu tutor y dejarme a mi serlo? yo sería una gran tutora.. ¿no crees?
- No estabamos hablando de eso - dijo secamente Adara
- Ah! si! hablabamos de tu boda!! ¿se casaran solo por el civil?... o ¿por la iglesia?.. es un paso muy importante.. sobre todo por la iglesia, por que es mas dificil divorciarse, y no estoy diciendo que ustedes vayan a divorciarse.. digo.. Mauricio te adora! pero..... - hizo una pausa... - ¿Eres católica? ...
- Dolores... no se como es que puedo vivir contigo... - se puso de pie, dejó la taza vacia en la barrita de la cocina y se metio a su habitación cerrando la puerta.

- Voy a estar en el café internet! - gritó Dolores detrás de la puerta y se fue

Photo Sharing and Video Hosting at Photobucket


En la tarde, Adara seguía en su habitación. Dolores la llamó para decirle que no era necesario que fuera al internet, ella se haría cargo el resto del día. Cuando colgó el teléfono escuchó un ruido en la sala.. el miedo la paralizó al grado que no pudo inferir que por ser aun temprano, Deón no podía buscarla.

La puerta de la habitación se abrió y Mauricio asomó la cabeza
- ¿Estas bien?

Ella no contestó, le daba gusto verlo vivo... pero al mismo tiempo, se sentía incomoda en su presencia, vulnerable, como si él hubiera descubierto su mas grande secreto, aunque en realidad no era así; Mauricio no sabía lo que Adara sentía por Deón, ese era su gran secreto. Aun así no dejaba de sentirse peor que si la hubiera encontrado desnuda.

Él entró y sentó junto a ella, con los pies sin zapatos sobre la cama y recargado en la cabecera, la abrazó y le dio un beso en la sien..
- Quiero ser vampiro - dijo él con una sonrisa en los labios


3| | |Capitulo V, parte 3| | |4

Las Noches de Deón 5.1

1
Huimos

... Ante muchas situaciones, en las que pensamos que reaccionaremos diferentes, por una u otra razon lo unico que se nos ocurre hacer es huir... Nos creemos mas valientes, creemos que podemos enfrentar lo que sea, e incluso cuando sabemos que cierto evento va a suceder, nos programamos para reaccionar de una manera digna... pero llega ese momento y lo unico que hacemos.. es huir...

Espere con ansias reencontrarme con él, y aunque fueron años de esta lucha interna, en que el rencor y el orgullo no me permitía buscarlo, enfrentarlo, verlo cara a cara, por fin me había convencido de que era lo mejor; por meses ha sido lo que mas he deseado, reencontrarme con Deón.. y llegó el momento y lo unico que pude hacer es huir..

Ha dejado de llover, se que él no me sigue, por que ya es de día.. y Mauricio, estaba demasiado débil; hubiera querido quedarme con él y atenderlo, seguramente fue Deón el que lo dejo asi.. ¿Y si lo mató?.. quizá lo estaba atormentando y torturando por haber tomado sus cartas... no debí dejarlo...

La gente me mira como si yo fuera una loca por ir corriendo empapada, sin importarme pasar por los charcos y hundirme hasta las rodillas en las aguas sucias que recorren las calles debido a la gran tormenta de anoche...

Mi cabello se mueve agitado y derrepente me golpea la cara, como si fueran latigazos debido a que aun sigue humedo.. no se por donde voy...

Tropiezo con la gente, ya casi llego al centro de la ciudad; hay muchos estudiantes que se dirigen a la escuela, gente que va a trabajar, y yo soy la loca sucia y mojada que corre por las banquetas, como si me persiguiera el diablo; he de tener una cara de espanto; la forma en que me ven, me hace darme cuenta de eso..

Una ansiana trato de detenerme y me pregunto si estaba bien, creo que le di un empujon para seguir corriendo, no fue mi intension lastimarla... necesito huir..

Cada vez me es mas dificil correr... las calles estan llenas de carros y gente que me detienen, mi corazón late muy rapido... me detengo en una esquina por culpa de un semaforo.. estoy temblando... no puedo mas y suelto el llanto.. Lo vi.. vi a mi Deón!

Si.. soy una loca... como puedo sentir esto por él.. él que me considera su hija... pero ¿Qué es lo que siento?... estoy obsesionada por un inmortal.. un ser que solo existe en las novelas de terror... estoy loca.. esto no es real...

El semaforo cambio y corro... me seco las lagrimas pues no me dejan ver bien el camino... El señor de la tortilleria está barriendo la banqueta..
- ¿Estas bien muchacha? - preguntó un poco asustado... ¿tan mal me veo?..

Por fin llegué al departamento.. es tanta mi ansiedad que no puedo abrir la puerta.. me tiemblan las manos, se me cayeron las llaves.. una vez mas lo intento.. ya abrí... no puedo dejar de llorar... Dolores salió de su habitación, bostezando y estirandose, la desperté con el ruido que hice con la puerta.... en cuanto me vio sus facciones cambiaron, esta asustada..

- ¿Qué pasa? - me pregunta sorprendida, la abracé.. y con mi voz quebrada por el llanto, la ansiedad, la agitación y cansancio de tanto correr.. le contesté
- Estoy enamorada!


3| | |Capitulo V, parte 2| | |4