martes, julio 24, 2007

Las Noches de Deón 7.7

7
La Viuda

"- Una mujer decente no puede andar asi como asi, en compañia de dos hombres en la calle de noche.. - expresó Drusila
- Vamos a la recamara de Druso.. él esta muy entretenido en su fiesta, usaremos su ropa para vestirte! - Attis estaba tan entusiasmado, creo que no se había dado cuenta de la gravedad de la transformación de Drusila.. Ella tenía un lugar importante en la sociedad de Pompeya, tenía un hijo y otros parientes. Attis mostraba ese lado egoista del que antes me habían hablado.

Esa noche, viajamos a otra ciudad cercana, enseñamos a Drusila a cazar en los caminos solitarios donde se escondían ladrones esperando el paso de algun viajero. Asi fue como encontramos a nuestras víctimas, simulando que eramos viajeros.

Ibamos caminando cuando 4 sujetos nos rodearon.. Attis miró a Drusila y le sonrió. Entonces él se lanzó hacia uno de los sujetos y empezó a beber su sangre. Enseguida Drusila se acercó a uno de los hombres, y sujetando a su victima de un hombro, se quitó la peluca y el listón que sujetaba su cabello con la otra mano que le habían servido junto con su atuendo, como disfraz..

- Eres una mujer! - exclamó su victima, entonces ella le sonrió y mirandolo a los ojos fue acercandose y lo besó. Se trataba de un hombre debilucho, peludo y andrajozo, a quien un beso de una mujer tan bella era mas que un premio.

Estaban Drusila y el hombre besandose efusivamente, y derrepente, él intentó pegar un grito, pero no pudo, solo un sonido burdo salió de su garganta; Drusila había encajado sus colmillos en la lengua del pobre ladrón, pasó sus brazos alrededor de él y lo apretó con fuerza para que no escapara; entonces dejó de morderlo, el hombre la miraba asustado y ella volvió a besarlo, bebiendo de esa forma toda la sangre que salía de su boca. El asaltante dejó de luchar, fue incandose poco a poco, cada vez más débil, ella fue agachandose junto con él sin dejar de beber de su boca, hasta que por fin quedaron acostados en la tierra, ella encima del cuerpo del delgado hombre; entonces le arrancó los harapos dejando su velludo pecho desnudo y con sus manos que parecían garras le abrió el torso y le sacó el corazón. Attis y yo ya habíamos terminado con los otros tres hombres y veíamos sorprendidos el sadismo de Drusila. La vimos morder y chupar y succionar toda la sangre que había quedado en el pequeño corazón de su victima y al terminar lo lanzó con una despreocupación que si no supieramos que Drusila era neofita, podríamos pensar que ya tenía bastante tiempo de experiencia.

Se levantó, cubierta totalmente de sangre y tierra, con los ojos muy abiertos y nos preguntó:
- ¿Y ahora que sigue?.. Quiero más!

Enterramos los cuerpos y despues seguimos cazando un poco más. Drusila estaba sorprendida como es que podía visualizar los recuerdos y pensamientos de sus víctimas, confesó que algunos no eran realmente personas malas, y que si robaban era por que en realidad estaban necesitados; se sintió mal, y yo le hice ver que con el tiempo, aprendería a discriminar entre buenos y malos.
- ¿Pero quienes somos nosotros para juzgar, Athán? - me preguntó
- Ah.. nosotros somos dioses - dijo Attis, siendo arrogante

Nos escondimos en las catacumbas y ahí dormimos durante el día. A la noche siguiente, entramos por el tejado a la casa de Drusila, a escondidas; ella se dirigió a su recamara para lavarse y cambiarse, mientras nosotros vigilabamos.
- Son unos demonios! - dijo la antigua dama de compañia de Drusila, con lágrimas en los ojos - y a ella la hicieron igual! - se tiró al suelo frente a nosotros, llorando, sintiendose impotente. Me incliné, y le levanté el rostro de la barbilla
- Perdonanos
Se levantó y se alejó asustada, si, eramos demonios para ella.

Drusila salió de su habitación acomodandose la stola negra y derrepente se le borró la sonrisa del rostro.
- ¿Qué le diré a mi hijo?"

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Capitulo VII, parte 8

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