viernes, julio 27, 2007

Las Noches de Deón 7.10

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La Viuda

"Esa noche nos reencontramos con Drusila ya en las catacumbas, estaba callada y muy seria. Attis trataba de acercarse, pero ella se alejaba. Yo no podía leer su mente, pues yo la había creado.. pero su rostro a simple vista me decía que las cosas con su hijo no habían salido bien.

Los movimientos telúricos seguían.. pero al parecer ya nos habíamos acostumbrado a ellos.. Pero fue como a medio día, que algo me despertó.. Pensé que era Attis o Drusila, quienes me movían violentamente tratando de despertarme, pero no era así.
Las piedras crujían, las aguas negras se agitaban. Me sentía mareado, parecía como si estuviese en un barco, el movimiento era exagerado. Salí de mi escondite, un pequeño tunel donde apenas cabía acostado y solo tenía como compañia a las ratas y ví a Attis y Drusila, con los ojos desorbitados, abrazados, esperandome.. como si yo supiera que estaba pasando y necesitaran que yo les dijera que hacer.

- Esto se va a derrumbar! - gritó Drusila, aun no me acercaba a ellos, el movimiento hacía que casi cayera, y tenía que sostenerme de las paredes de los fétidos tuneles
- No podemos salir! - dijo Attis - Aun es de día!
- Vamos a quedar aqui enterrados para siempre! - Drusila estaba exaltada - debo ir con Druso!! - y se soltó de Attis para tratar de encontrar una salida
- No! te calcinarás!!- Attis corrió detrás de ella, tratando de jalarla de su vestido. No cesaba de temblar.. todo era muy confuso. Las piedras que servían como ladrillo en las paredes empezaban a caer.

Derrepente, se escuchó un estallido, fue un ruido estruendoso que nos aturdio debido a nuestro sentido del oido sobredesarrollado, caimos al suelo, Drusila seguía tratando de llegar a la salida, arrastrandose entre las aguas sucias, Attis detrás de ella.

Tardó un poco, pero Drusila encontró la alcantarilla que nos llevaba a la calle. Attis áun seguía gritando y tratando de detenerla. Ella entre jalones, insultos, arañazos, se libraba por instantes de los fuertes brazos de su nuevo amante. Y Abrió la alcantarilla.. ¿era de noche? todo estaba oscuro, no parecía ser medio día..
La ciudad era un caos, algunas casas estaban demolidas, la gente corría desesperada y se tropezaban unos con otros, había muchos heridos; nadie se dio cuenta de que salimos del drenaje, a nadie le importaba lo que hicieran los demás, todos huían para salvar sus vidas. Y el mareo seguía, el movimiento no paraba..
- Mira! - señaló Attis al gran Monte Vesuvius

Era impresionante, jamás había visto algo asi en toda mi existencia, era algo sin nombre, un cerro convertido en una chimenea gigante.. no había palabra en griego o latín para describir ese fenomeno, era la ira de los dioses en su máximo esplendor. El cielo era negro o gris completamente, cubierto por el humo que salía de la punta coronada de fuego del gran monte. La gente seguía huyendo y cayendo y tropezaban con nosotros y nos empujaban.

Nos separaron, no supe donde quedaron Attis y Drusila por un momento; despues Attis me encontró
- Debemos huir! - me gritó
- Si! pero a donde!? si nos alejamos demasiado, las nubes de humo no nos protegeran del sol!
- ¿Dónde está Drusila? - Attis volteaba a todos lados, tratando de reconocerla entre la multitud - Alla está! - y corrimos hacia ella, obviamente no podíamos volar en frente de toda la gente. Drusila se dirigía a su casa.. corriendo desesperada, como loca, en harapos, sucia y despeinada

La casa estaba destruida, completamente en el suelo; había gente saqueando las casas ricas, un hombre salió de entre los escombros
- Evander! - lo detuvo Drusila - Druso! ¿donde esta Druso?!
El hombre estaba confundido, golpeado y sangrando, llevaba en sus brazos algunas vasijas de oro, estaba aferrado a ellas..
- Evander!! - le gritó Drusila, agitandolo de los hombros - ¿Donde está Druso?!
- Mi señora! - reaccionó el esclavo - el joven Druso.... - miraba a todos lados, en su cara estaba impreso el terror, el mismo rostro de la mayoría de la gente en ese momento - no se señora.. no se!.. ha sido horrible!

Drusila lo soltó
- Druso! Druso!! - empezó a remover piedras como una desquisiada, no le importaba que la gente se diera cuenta de su fuerza sobrenatural - Druso!! - las lagrimas de sangre caían a borbotones, parecía una fuente

Otro estallido.. tan fuerte como el anterior. el cielo se puso aun mas negro y entonces.... ¿lluvia? Empezó a llover fuego.. cenizas.. por todos lados, los gritos de la gente se intensificaron, la tierra temblaba. Attis y yo tratabamos de ayudar a Drusila; pasaban personas corriendo cuyas ropas empezaban a incendiarse.. el monte seguía estallando y mire como el fuego líquido empezó a derramarse de la punta.

Fuego.. llovía fuego!
- Debemos refugiarnos o moriremos! - les dije
- No! debo encontrar a Druso!!
- Vamos Drusila.. seguramente Druso logró escapar! - le dijo Attis mientras la sujetaba y trataba de sacarla de los escombros de lo que alguna vez fue su mansion; había cuerpos entre las rocas, pero ninguno era el de Druso. La lluvia de ceniza era mas espesa y hacía casi imposible ver; la gente caía desmayada en el suelo, intoxicada por las sustancias de la ceniza.

Entre Attis y yo logramos sacar a Drusila de ahí..
- Druso!! Druso!! - los gritos se escuchaban por todo Pompeya.. - Druso!! mi hijo!! Druso!! - y el grito se perdió en las catacumbas de la ciudad.."

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Capitulo VIII, parte 1

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