viernes, julio 13, 2007

Las Noches de Deón 6.5

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Lecciones


No eran mas que niños, cuyas emociones y reacciones iban de un extremo a otro.
Claudio lanzó el pene de Barbato al fondo del mar o eso fue lo que dijo a todos, y Barbato se volvió callado y sumiso en un principio; noches despues, su odio hacia Claudio, su creador, era tanto que prefirió desaparecer.

- Me equivoque - le dijo Claudio a Deón una noche - me dejé llevar por la energía que proyectaba Barbato.. su espiritu de aventura... y si.. siempre vi su rebeldía, su maldad... - hizo una pausa - es malo, Deón.. siempre recibí quejas de él.. incluso de sus hermanos vampiros...

Claudio estaba muy arrepentido.. de haberle hecho lo que le hizo a Barbato.. no solo el castrarlo.. sino haberlo convertido en inmortal. Pasó las siguientes noches solitario, a veces buscaba la compañia de Deón, pero en general, vagaba por la isla como alma en pena.

Deón se quedó con ellos, conoció a cada uno de los "hijos de Claudio" y práctico mucho sus habilidades recien descubiertas: el don del fuego y la capacidad de conseguir placer no solo por medio de la sangre.

Roxana fue la principal compañera de Deón en esa epoca. Hicieron el amor en cada esquina de la pequeña isla y parecía que nunca se cansarían.

Una noche, ya que los jovenes habían regresado de alimentarse en la cercana Sicilia, juntaron leña para la fogata, Claudio apareció sobre una roca y la fogata se encendió. Todos voltearon a mirarlo y Claudio les respondió con una sonrisa. Los tambores empezaron a tocar y todos bailaron. Claudio de un salto, bajo de la alta roca y tomó a Deón de la mano y a Roxana con la otra y danzaron, brincaron y dieron piruetas alrededor de la fogata. Todo parecía haber vuelto a la normalidad.

Mientras la fiesta continuaba, Claudio llevó a Deón a la roca mas alta de Hagar Qim.
- dejame adivinar.. - dijo Claudio, sus ojos azules brillaban como estrellas - Nunca haz volado..
- ¿volar?
- cierra tus ojos.. e imagina que te elevas.. - Deón obedeció - ésta es otra forma de encontrar placer.. sientes el viento que acaricia tu rostro... la ligereza de tu cuerpo al flotar... - Deón dejó de sentir el suelo, seguía agarrado de una mano de Claudio y cuando abrió los ojos, sintió vértigo al ver que la fogata se encontraba lejos, debajo de ellos.. El viento era mas fresco, su melena bailaba al igual que su sucia toga - ahora, impulsemonos.. vayamos hacia aquella isla - volaron hacia el noroeste alrededor de un par de islas; Claudio soltó a Deón y éste poco a poco pudo estabilizarse y volar solo. Casi antes de amanecer regresaron al campamento.

La fogata seguía encendida, pero ahí no había nadie; Claudio y Deón buscaron a los demas jovenes, caminaron hacia una playa y fue Ambusta quien los encontró
- ¿Dónde estan todos? - preguntó Deón; Ambusta miraba a Claudio, tenía cara de susto
- E...es... Roxana - dijo nerviosa dirigiendose a Claudio.

4| | |Capitulo VI, parte 6| | |3

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