viernes, julio 20, 2007

Las Noches de Deón 7.2

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La Viuda

"La noche siguiente yo esperaba a la mujer, parado casi del otro lado del foro, viendo hacia el altar. La vi acercarse y como si saliese debajo de su stola, corrió un muchacho, adelantandose al altar y depositó unas uvas junto a la figurilla que representaba a su padre. Me acerqué; el joven tenía un gran parecido con su madre.
- ¿Es tu hijo? - fui yo quien la sorprendió a ella esta vez
- Si - me contestó sonriendo - ya tiene 13 años
- Fuiste madre muy niña, aun eres muy joven - comenté
- Que galante.. pero ya soy muy vieja, ya tengo 26 años..
- ¿Cómo se llama tu hijo?
- Se llama...
- Druso! - respondió el joven interrumpiendo a su madre, era notoria la entrada a la pubertad del muchacho, su voz empezaba a cambiar
- Ah, Druso! como tu madre! - dije
- Si - contestó Drusila, el joven fue hacia donde estaba la esclava/dama de compañia - Su padre lo llamó como él, pero en la intimidad yo siempre lo llamé Druso.. ahora que su padre ha muerto el quiere llevar el nombre que yo le puse
Solo sonreí, no era yo quien para meterme en su vida, aunque la mujer lo estaba pidiendo a gritos. Estuvimos en un silencio un poco incomodo por algunos minutos, despues ella tomó la palabra de nuevo

- No eres de por aquí, ¿verdad Athán?
- No, soy griego
- ¿de Esparta?
- No, de Micenos
- Nunca he escuchado sobre ese lugar..
- Ya no existe - pensé en voz alta
- ¿Cómo? - preguntó Drusila extrañada
- Nada, solo estoy diciendo tonterías..
- ¿Te gustaría cenar con nosotros? - me preguntó ella
- No es prudente - dijo la esclava acercandose, era una mujer mayor, que se encargaba de los buenos modales en el hogar de Drusila, una especie de nana
- ¿Te gustaría? - volvió a preguntar Drusila, ignorando a la mujer
Suspiré
- Lo siento, no puedo..
- Esta bien.. otra noche será entonces - dijo un poco desilusionada, llamó a Druso y se retiraron

Era una mujer tan bella Drusila, caminaba con elegancia y dignidad, era coqueta, pero no descarada, a pesar de estar de luto, lucía joyas, y un maquillaje no muy complicado. La miré alejarse, su hijo la tomó del brazo y la esclava caminaba detrás de ellos, de vez en cuando volteaba y me miraba con cierta desconfianza.

Me dirigí de nuevo al lupanar. Esa noche estuve con la hermosa Acasia, tenía el cabello teñido de rojo, era fogosa, no me dejó descansar en toda la noche; tenía buen sentido del humor y a menudo me preguntaba por que tenía los colmillos afilados, yo le decía que era herencia familiar. Prácticamos todas las posiciones que se nos ocurrieron y le prometí que volvería pronto.

Salí de ahí un par de horas antes del amanecer, quería dar un paseo antes de ocultarme en el subterraneo. De repente, sentí que alguien me seguía; caminé mas despacio, pero no lograba leer la mente de mi vigilante. Me metí a un callejón y me oculte en la oscuridad; era un hombre el que me seguía, no logró verme y lo tomé del cuello y lo empujé hacia una pared y ahi lo sostuve.
- Athán! que violento te han vuelto los siglos!! - dijo mi seguidor; lo miré y me sorprendí
- ¿Attis?!"

Capitulo VII, parte 3

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