viernes, marzo 30, 2007

Las Noches de Deón 1.4

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La casa estaba llena, había casi puros adultos; era el cumpleaños número 11 de Adara, la pequeña niña blanca y chapeteada de ojos verdes.. la niña estaba emocionada con su enorme pastel de chocolate que le había horneado su mamá, rodeada de sus amigos (en realidad, vecinos y algunos compañeros de trabajo de Julia) se preparaba para soplar a las velas..

- Una foto de la familia! - exclamó uno de los invitados sosteniendo con una mano la cámara y con la otra haciendo una seña para que Julia y Deón se pararan detras de la pequeña; tomaron la foto, Deón sintió un mareo; no estaba acostumbrado, a pesar de tantos años de existencia, a tanta luz; siempre había tratado de estar en lugares oscuros.

La niña sopló las velas y repartieron el pastel.
Más noche, los invitados se habían ido, Adara jugaba con sus regalos en la pequeña sala que estaba iluminada solo por un par de lámparas; Deón se encontraba afuera de la casa, silencioso, viendo las estrellas..
- ¿Estás bien? - preguntó Julia que salía de la casa, descalza, sintiendo como el fresco pasto acariciaba la planta de sus pies...
- 11 años y sigo aqui... nunca había durado tanto tiempo en un solo lugar.. - contestó Deón aun pensativo, con su mirada perdida en el infinito - me refiero a... estando con alguien, conviviendo con alguien...
- ¿queriendo a alguien? - preguntó Julia.. que en el fondo esperaba una respuesta afirmativa; Deón jamás le había dado una verdadera muestra de cariño, solo la llamaba "dulzura" y era bueno con la niña; era Julia la que siempre lo abrazaba y a veces el no correspondía el abrazo.
Deón no contestó; duraron un momento en silencio, ella dió la media vuelta y justo cuando iba a entrar a la casa, él le tomó la mano
- No te imaginas lo que podría pasarte si yo te correspondo - dijo muy serio Deón
- No me importaría nada de lo que pudiera pasar, con tal de saber que tu me quieres tanto como yo a tí - contestó Julia, se soltó y entró a la casa

Deón solo vió como se cerraba la puerta.. todo estaba muy silencio.. podía escuchar los crujidos de la madera de cada paso de Julia dentro de la casa, incluso los murmullos de Adara en la sala mientras jugaba; el sonido del pasto al ser acariciado por el viento; las olas del mar golpeando los riscos a sus espaldas; pero no escuchó un ruido.. el sonido de "uno como él" que bajaba del cielo y se postraba detrás de suyo...


*parte 5*

1 comentario:

Anónimo dijo...
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