miércoles, agosto 08, 2007

Las Noches de Deón 8.2

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Todos cometemos errores..

"- Alejate de mi! - me dijo, estirando el brazo, mostrandome la palma sucia de su mano para que me detuviera
- Barbato, no tengas miedo, soy yo.. Athán - le dije sin palabras
- Sé que eres tú.. ¿Que quieres? ¿Destruirme?

Me acerqué, y el retrocedió pegandose a la pared.
- No - le contesté - estoy solo... necesito... un poco de compañia
- ¿tu?.. tu me quitaste a mi familia! - adoptó una postura agresiva - por tu culpa Claudio me castigó! me convirtió en un eunuco!.. ya no soy hombre! - avanzó hacia mi y mientras me decía eso me golpeaba el pecho con su dedo indice
- No fue mi culpa.. no fue mi inten....
- Pero lo hiciste! - podía ver la furia en sus ojos - tu presencia fue la que acabó con nuestra familia! - entonces se elevó - No me sigas!! - pero lo seguí

Trató de volar muy rápido, pero no lo perdí de vista; llegamos a las mismas ruinas donde me refugiaba con Attis y Drusila, donde años atras lo conocí, a él, a Claudio.. a Roxana....

- ¿Mataste a Roxana? - le pregunté mientras decendiamos
- ¿Por que dices que estas solo? - me dijo a la mente, evadiendo mi pregunta, mientras se situaba sobre una roca - si estas acompañado de ese que es igual a tí y de la mujer recien nacida..
- Ellos ya no me necesitan - le contesté, mientras me paraba en la misma roca junto a él.
- ¿Y que quieres de mí?
- No lo se.. - lo miré de la cabeza a los pies.. era muy distinto a los bebedores de sangre que había conocido.. pareciese como si existiera una regla y todos tuviesen que ser muy estéticos.. seres bellos casi perfectos; Barbato era diferente, descuidado, con el cabello enredado y sucio; la barba crecida; debió tener un poco mas de 20 años cuando fue convertido, tenía el cuerpo de un luchador, de espalda ancha y musculoso, velludo; rasgos faciales finos, pero su descuido hacía que estos se ocultaran; una apariencia extrañamente atractiva.

- ¿Cómo que no lo sabes? - frunció el ceño y me miró fijamente
- Me siento muy solo...
- Eso ya lo dijiste - dijo muy seco - todos estamos solos.. siempre.. nacemos solos, morimos solos..
- Si.. - suspiré - supongo que la agonía de la soledad termina con la muerte - sentí que una cálida lágrima de sangre escurría por mi mejilla - pero nosotros nunca moriremos..

Barbato se acercó y con su dedo tomó mi lágrima y enseguida se chupo el dedo
- Tu sangre.. -entornó los ojos y luego los cerró, esbozo una sonrisa - es deliciosa..

"¿Mi sangre es deliciosa?" pensé.. Para un vampiro, el dar su sangre es exponer su intimidad, por medio de ella, se puede conocer su vida, sus secretos, sus mas oscuros pensamientos.

Barbato seguía con los ojos cerrados.. aun saboreando la lágrima, derrepente los abrió
- Haz tenido una existencia muy interesante..

Me sentía vulnerable y nervioso
- Ahora conoces mi historia - le dije - pero ¿cual es la tuya?

Entonces Barbato puso una mano en mi hombro e hizo que me arrodillara.. se desnudo dejando al descubierto sus genitales, su miembro no había sido cortado de tajo..
- Bebe y conoce mis secretos - dijo Barbato"

Capitulo VIII, parte 3

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