viernes, septiembre 14, 2007

Las Noches de Deón 9.4

4
Ira

- La Luna esta llena... ¿Por que la llamaremos Luna?
- La Luna es Luna y las estrellas son estrellas desde mucho antes que nosotros existieramos Claudio.. incluso mucho antes de que Attis y Athán Deo nacieran.. antes de los tiempos de Urian, ya existían remotas civilizaciones que habían nombrado ya a los astros, y Luna y estrellas son tan solo la adaptación a los idiomas modernos..
- Drusila..
- ¿si? - Ella estaba parada junto a él observando el cielo del desierto
- ¿Cómo llegamos a esto?
- ¿a esto? - preguntó ella sin despegar sus ojos cafes del cielo, las estrellas se reflejaban en ellos
- En lo personal, no creo odiar a Athán como para querer vengarme... si algo me hizo, los siglos han aminorado el rencor.. - Claudio observaba a Drusila, esperando una respuesta
- Hmmm.. - Drusila esbozo una sonrisa amarga - el unico daño que quiza pudo hacerme Athán fue el haberme despreciado.. Supongo que yo estoy en 'esto'.. por mi marido
- ¿En serio? No pense que fueras de "ese" tipo de mujeres - Claudio frunció el ceño
- ¿"ese tipo"? ¿sumisa?.. no.. no soy sumisa...- suspiro, los movimientos de Drusila eran siempre sensuales, al igual que sus reacciones, siempre tranquilas y reflexivas - soy LEAL.. y mi lealtad es para mi marido.
- ¿Como lo soportas? - Claudio preguntó intrigado, Drusila rió impulsivamente
- Francesco me tiene amenazada.. - ella declaró
- Ese Francesco! - dijo Claudio - ¿Sabe un secreto tuyo?
- Si
- Mio tambien.. - hizo una pausa - te contaré el mio si tu me cuentas el tuyo - continuó Claudio sonriendo

Caminaron sobre la superficie rocosa, se encontraban en la cima de un monte en pleno desierto; la entrada a la cueva, guarida actual de Francesco, se encontraba mas abajo en esa misma montaña;
- Siempre usas diamantes, ¿cierto?
- Si.. desde que era una niña mortal me gustaban.. me recuerdan a mi madre...
- ¿Eran de ella?
- No Claudio.. - Drusila agachó la cabeza - mis joyas originales se perdieron junto con mi mortalidad.. éstas joyas que ahora uso, fueron de mis victimas... - volteó a ver a Claudio - siempre busco personas adineradas para beber su sangre, y luego entro a sus grandes mansiones en busca de sus joyas.. - sonrio de nuevo amargamente

- Supongo que te llenan un gran vacio - dijo Claudio tomando una mano de Drusila; una lagrima empezo a recorrer la mejilla de la elegante mujer.
- Conoces algo de mi historia Claudio.. cuando hace casi dos mil años pasó lo de Pompeya, Athán Deo nos llevó a las islas, donde años antes él te había conocido..
- Si, Deón me contó eso..
- Attis y yo nos alejabamos, volviamos a las ruinas de las ciudades alrededor del gran monte para buscar a mi hijo.. yo.. estaba fuera de mí.. no pensaba mas que en mi hijo, y sin darme cuenta fui una mal agradecida con Athán, sin darme cuenta me aleje de él y descuidé nuestra amistad... A veces me siento culpable de lo que paso con Barbato, si nosotros no lo hubieramos abandonado...
- No - dijo Claudio, con voz serena - nadie tuvo la culpa de eso...
- Entonces viajamos a otras ciudades de Italia.. en Roma, el Anfiteatro Flavius estaba siendo ignaurado por el Emperador Tito, había fiesta dia y noche en la ciudad.. - hizo una pausa.. - mi hijo estaba molesto conmigo.. no podía o no quería entender en lo que yo me había convertido.. y desaprobaba completamente la compañia de Attis, y decidió volver a usar el nombre que le había dado su padre: Titus Furius Mérula.

>>Capitulo IX, parte 5<<

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