viernes, junio 15, 2007

Las Noches de Deón 4.1

1
la diosa y el desierto

"No se cuantos siglos pasaron en los que vagué por Grecia, Turquía y hacia el sur..solo, estaba solo...pasé por donde los mitos dicen que se encontraba la Torre de Babel y ahí conocí a uno de los nuestros; era un loco que varias veces había intentado lanzarse al sol, pero por cobardía lo único que había logrado era obtener varias quemaduras en la piel que lo habían deformado y debido a su juventud no había podido sanar del todo.

Nemrod (asi se llamaba) me contó las leyendas de nuestro origen. Yo nunca me había preguntado en sí de dónde venían estos demonios chupasangre, siempre supuse que se trataba de la lamia de la que hablaban nuestros ancestros; sin embargo la historia que Nemrod me contaba era distinta, hablaba de los reyes de un vasto pais escondido en el desierto que había progresado a orillas de un gran río, eran muy felices, hasta que una vez cayo una maldición sobre ellos y tuvieron que vivir en la oscuridad y alimentarse de la sangre; despues, ellos fueron los que convirtieron a otros en esta especie de bebedores de sangre."

- Pero... ¿De que reino hablaba Nemrod? - preguntó Mauricio, aun acostado en su cama
- hmm.. nunca me lo dijo.. pero por los detalles que me dió, yo pensé en Egipto

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" Y entonces me dirigí a Egipto. Durante el día me enterraba lo mas profundo que podía para que el sol no me dañara; poco a poco me fui acercando a las tierras pobladas del gran rio.

Una noche, cuando me encontraba en el Nilo, dandome un baño, escuché un ruido extraño en el agua, volteé pero no ví nada; el ruido era como si algo estuvierse nadando y cuando miré hacia el agua, algo me atacó; sentí como algo grande me jaló de la pierna y me revolcó abajo del agua; por el susto no podía reaccionar bien y liberarme, cuando logré salir corriendo a la orilla, me di cuenta que me hacía falta casi la mitad de una pierna."

- La mitad de una pierna!? - preguntó asustado Mauricio, enderezandose en su cama
- si - contestó Deón sin emoción alguna

"El mismo miedo me dio el valor que necesitaba y me lancé de nuevo al río. La bestia que me había atacado era un cocodrilo; se lanzó de nuevo hacia mi pero logré detenerle el enorme ocico, traté de abrirselo con todas mis fuerzas hasta que logré romperle la mandibula; el animal murió, lo saqué del río y..."

- recuperaste tu pierna! - exclamó Mauricio
- asi es

"El animal quedó echo trizas, quiza la adrenalina me dió el coraje que necesitaba para luchar con la bestia y lo abrí en pedazos (desconosco si los vampiros tenemos producimos adrenalina), afortunadamente mi pierna estaba intacta, la había tragado sin masticar. Fue en esa ocasion cuando descubrí la increible habilidad que tenemos los inmortales de recuperarnos; solo tuve que.. metaforicamente.. 'ponerme' la pierna, y con la sangre que manaba de ella, sano casi instantaneamente.."

- WOW!.. entonces, asi es como me curaste la herida del cuello! con tu sangre! - dijo Mauricio

"Ya casi amanecía y me enterré cerca del río.. A la noche siguiente desperté en un lugar totalmente distinto. Era una especie de calabozo, todo cerrado por los lados, la única entrada era a través del techo; no había nada en dicho calabozo, solo el sarcofago de donde había salido. ¿Acaso estaba soñando?"

<<Capitulo IV, parte 2>>

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